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El error de Simeone

Juan Ignacio Lechuga

No suele ser común, pero en esta ocasión fue evidente: Simeone se equivocó ante el Girona. El técnico, sin olvidar la derrota ante el Sevilla y sabiendo que la Copa se presenta como una gran oportunidad de levantar un título esta temporada para el Atlético de Madrid, rotó en la alineación inicial ante el Girona e hizo algunos cambios cuanto menos discutibles a lo largo del partido.

Koke y Gabi se habían quedado en el banco de inicio. Lo cierto es que Thomas fue uno de los mejores en la medular, pero al Atlético le faltó la claridad en la creación que suele aportar Koke. Aún así, consiguió adelantarse en el marcador tras la primera gran conexión entre Diego Costa y Griezmann.
Dos jugadores que, sin duda, son fijos en la delantera rojiblanca. El Cholo, contra todo pronóstico, apostó por sacar del campo al hispano brasileño cuando quedaba media hora por delante. Lo cierto es que Costa había sido titular en dos partidos consecutivos exigentes por primera vez desde su llegada, pues ya jugó los 90 minutos ante el Sevilla, y Simeone decidió darle descanso: "Estaba con molestias en el aductor y preferí sacarlo para que no se lesione", explicó en sala de prensa.
En esta ocasión se quedó en 60', quizás pensando en tenerlo en plena forma de cara al partido del próximo martes en Nervión. Gameiro entró en su lugar y Simeone, que conoce a la perfección la fuerza del 'unocerimo' que reside en su equipo, apostó por quitar a la otra estrella, Antoine Griezmann, cuando aún quedaban 20 minutos por delante.
Sin sus dos jugadores más determinantes, el Atlético afrontó el tramo final del encuentro ante el Girona sin nada resuelto. Koke, que había entrado al campo precisamente para dar más coherencia al juego rojiblanco, se equivocó en un despeje que acabó suponiendo el empate del Girona. Y para entonces quedaban 15 minutos por delante y los cracks ya no andaban por allí.
Así que el Atlético tuvo que irse a por la victoria sin Diego Costa y sin Griezmann, con Gameiro como única referencia ofensiva -el francés apenas tocó un balón en media hora- y colgando balones sin nadie con potencia en el juego aéreo.
Simeone, algo raro en él, pecó de exceso de relajación, quitó a sus hombres más importantes y cuando el empate llegó, ya no estaban. Por un día, se olvidó del partido a partido... y el Atlético lo pagó caro.

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