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Ziganda y su mitológica condena

Kuitxi

Tras leer la ´Crónica del Metro´ de mi compañero Asís Martín, y esas otras impresas sobre soportes de papel, me ha quedado claro que, tras el ´Sacrilegio´ perpetrado por el Athletic de Cuco Ziganda en el Montilivi de ´nuestro Jonas Ramalho´, mi propuesta, suspendida en el aire, como a la espera, intentando convencer a mis colegas cronistas, que le siguen al Athletic Club como alma en pena

(así la del equipo como la de los ´historiadores´ que dan fe de tantas calamidades), de que el mejor relato de hechos tan graves como los que acontecieron en tierras gerundenses sería el ´no relato´, es decir, al ´anti´ por antonomasia, o sea, que la crónica de los pecaminosos partidos que comete este decrepito grupo de futbolistas fuera la del folio en blanco ha caído en saco roto.   Y si, dándose el caso de que la huelga que yo convocaba hubiera tenido su debida respuesta, el Club de Ibaigane, alarmado cual poder gubernamental del ´Ensayo sobre la lucidez´ del lúcido literato José Saramago al comprobar que la ciudadanía, en masa, ha decidido quedarse en casa en vez de acudir a los colegios electorales para ejercer su derecho a voto, concitara ´esquiroles´ en tropel para que los encuentros del Athletic Club siguieran teniendo eco, mas que nada para que el prestigioso diario deportivo francés L´EQUIPE no renegara del “Athletic, ¡Caso único en el mundo!”...  Si la junta directiva que preside Josu Urrutia, se decía, reclutara esbirros capaces de juntar letras y así informar, aunque fuera a la sopa tolondra, para que no se creara un vacío existencial, y todo seguidor del equipo rojiblanco se sintiera coronel que recibe cartas escritas por un patriarca caduco capaz de confundir el invierno con el otoño, si, en fin, Gabo García Marquez resucitara y aceptara el papel de jefe de prensa que escribe al dictado, Santiago Nasar, ´El Turco´apodado,  volvería a ser asesinado a pesar de recibir avisos por doquier alertándolo de que los hermanos Vicario estaban en la cuadra de su finca afilando cuchillos para destazar cerdos.  Crónica de un desastre anunciado, de una debacle, de una hecatombe, El horror en los tiempos del cólera, Clemente desamarrando la gabarra cual arca de Noé para que la especie Athletic resulte salva del Diluvio Universal, que uno ya no sabe ni en qué momento bíblico vive, Sódoma ya fue aquella noche en la que llovió fuego y azufre sobre San Mamés mientras Laporte, cual Lot, se alejaba de la quema. Y Gomorra también fue.
Aún así, y visto lo sucedido en la noche vespertina, ´canariones´ en el palomar gritando “pio- pio”  y el socorrido “SI, SE PUEDE”, uno, este que escribe, considera que la esperanza es lo último que se pierde pero no hay dios que la encuentre desde aquel inicio en el que Cuco Ziganda tomó la decisión de derruir el templo existente para levantar uno a su medida, a la altura de sus sueños.   Y resultó que, hace falta valor, se ha demostrado que era mejor, mucho mejor, lo malo conocido que lo espantoso por conocer...  Que realidad tan perversa, qué locura al alcance de tan pocos. El mundo al revés. El cronista que aún conserve un gramo de cordura es que es un ser de otro mundo. Un genio. Un privilegiado. Y es que, de un tiempo a esta parte, quizás desde el inicio, los roles de entrenador y cronista se han cambiado de bando: el periodista es el técnico que detecta males y ofrece soluciones, y el entrenador, el escritor que que se dedica a narrar a golpe de frases contundentes una caótica realidad, como si a falta de explicaciones estuviéramos los que nos sentamos en las butacas de la Catedral... y decepcionado el inquilino del banquillo catedralicio, como incapaz de.  Ya está bien. Todo tiene un limite. La esperanza se ha perdido; la paciencia se agotó. Al menos las mías, así la que nos permite soñar como esa virtud que nos habilita para el aguante. Fe, esperanza... y caridad. Caridad, que no calidad. Seamos caritativos con un hombre al que un ser superior le metió en un serio fregado en la creencia de que le estaba procurando un favor. Un chollo. Una bicoca. Jauja. Lezama y el Athletic. Dios estirando su mano hasta alcanzar con el dedo el cuerpo del ser humano y así insuflarle la condición de Adán señor y dueño de un paraíso, ríos de leche y miel, fruta por doquier, a chorramortero, pero, ay, ¿qué es lo que realmente sucedió?...  “En casa nos está contando más de la cuenta, no es normal que llevemos más goles fuera. En casa tenemos poca claridad de cara a gol y creando situaciones de peligro”... Perogrullo o Ziganda: ¿adivinen quién de los dos es la persona que nos está ilustrando?...  “En el primer tiempo, Las Palmas nos ha parado bien, con muchas interrupciones y poca continuidad, no hemos tenido ritmo. En la segunda, a base de empuje y corazón les hemos metido en su área. Pero con un poco de ansiedad y de nerviosismo para finalizar con otra finura”... ¿Extracto de la crónica de un periodista... o declaraciones del entrenador del Athletic?...  “A medida que pasa el tiempo y no nos adelantamos o hacemos lo que queremos, nos falta algo y ya cada uno quiere hacer la guerra por su cuenta, queremos estar en dos sitios a la vez y nos deslavazamos. El equipo tiene mucho corazón, pero hay que mejorar y darle la vuelta”...  Estos últimos puntos suspensivos son indicio evidente de que la crónica del partido que Ziganda nos está escribiendo no ha llegado a su final. Agradezcamos, antes de retomar el relato y poder así darle carpetazo, el inmenso favor que Cuco nos hace a tod@s aquell@s que, teniendo voluntad, queremos pero no somos capaces de engarzar frases con un cierto gracejo...  Ahora, sí. Ahora, por fin, es el técnico de la primera plantilla del Athletic el que ejerce de sí mismo. Leamos lo que nos dice antes del cierre de este negocio y el bajonazo de la persiana...  “Sí me siento cuestionado, porque las cosas no están saliendo como queremos. A partir de ahí, asumiendo la situación, me veo fuerte y con ganas”...  ¡Para, cronista, para!... que con ´cortes´ como los recogidos ya tenemos suficiente para que el que en las alturas hilvana dé la última puntada y presente ante nuestros ojos la mitológica figura en la que, entre la tozudez del uno y el temerario consentimiento del otro, se ha convertido José Angel Ziganda Lakuntza, natural de Larraintzar, qué hermoso mi valle de Ultzama, cuánto de veneración encierran las fauces de un viejo león...  Luego de 23 jornadas de liga y más de treinta partidos, ahora, por fin, en ese preciso momento, he caído en la cuenta, ¿cómo no haberlo hecho antes?... de que Ziganda es Sísifo... ”Fundador y rey de Éfira. Hijo de Eolo y Enareta. Marido de Mérope. Terrible castigo el suyo. Acusado de delator, de impiedad, de atacar y asesinar viajeros” Podría que todo fuera pura alegoría.   Pero el caso es que, habitando el inframundo, Sísifo...”fue obligado a cumplir su castigo, que consistía, y consiste, en empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcance la cima de la colina, la piedra siempre rueda hacia abajo, y Sísifo tiene que empezar de nuevo desde el principio, una y otra vez, aún viejo y ciego... ¡menuda Odisea!...  Urrutia, mesedez, arren... ¡APIADATE DE ESTE HOMBRE: JUSTO, NOBLE, HONESTO!... ¿Es que acaso, a tu parecer, no ha sufrido ya lo suficiente?...  Post-Scriptum: Aquell@os que sostienen que “el sentimiento Athletic está en la grada”... que reparen en los veinte mil asientos que en la Catedral estaban huérfanos de sentimiento en la noche del viernes de carnaval.
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi', exfutbolista y periodista

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