El encuentro de Liga en San Mamés entre el Athletic y el Getafe, como en el resto de campos de Primera, tuvo un sensido minuto de silencio por los brutales atentados de Barcelona y Cambrils. Toda la Catedral, que registró una entrada de 37.884 espectadores pese a ser mediados de agosto y plenas fiestas de Bilbao, guardaron el respetuoso tiempo de recordatorio a las víctimas y sus familias.
Los dos equipos se abrazaron en el centro del campo, con la cabeza abajo y rostros serios, y sobre el videomarcador del estadio se pudo observar el crespón negro sobre la bandera catalana y sobre la rojiblanca, antes de que el balón empezase a rodar y acabase con 0-0 en el luminoso. El recuerdo a Barcelona y Catalunya quedó patente con los aplausos generalizados tras el pitido de Melero López.