Markel Areitio: “Ojalá me llamen San Areitio todas las jornadas”

Markel Areitio, todavía un juvenil de 19 años, es hijo de Josetxu Areitio, botillero de Pablito Berasaluze, nieto del mítico Carmelo y sobrino de Andoni Cedrún. Tenía predestinado a ser portero: “Genéticamente parece que sí, desde pequeño me han inculcado eso, me ha gustado la portería, tirarme”, relata.

En el caserío de su abuelo colocaba una improvisada portería y se hartaban a entrenarle: “Sí, en una rampa todas las tardes estábamos ahí”. Ahora, tras su salida de Lezama, donde jugó desde Alevines hasta el Basconia ocho años, cuenta con minutos en la Cultural de su pueblo, donde está descollando: “Llevaba mucho tiempo en el Athletic, he aprendido mucho y estoy contento en esta nueva etapa, y jugando”. La competencia era feroz por delante con Arrizabalaga, Remiro y Unai Simón, internacional Sub-19: “El nivel que hay es altísimo, pero nunca se sabe”. Markel no duda en ensalzar a Remiro: “Tiene unas condiciones brutales, puede llegar alto, no se asusta nunca”, advierte sobre el internacional Sub-21, con el que ha entrenado con asiduidad. El Vitoria, filial del Eibar, el Alavés B, o el Amorebieta también le sondearon en verano, pero San Areitio, como le llaman en Tabira, donde se asombran con sus paradas, prefiere pasos sólidos: “He jugado casi todo, ojalá sea así y me llaman Santo todas las jornadas. Voy a seguir trabajando para ello”, subraya. En cuanto a la Cultural, que no termina de despegar, asegura que la situación dará un volantazo: “Iremos para arriba, vamos a luchar por estar en la zona alta”