Notable mejoría, pero poco premio para el Athletic (1-1)

Athletic Club

1

1

Villarreal

 

Un empate para la esperanza, pero que no acaba de suturar las heridas de este Athletic. Los leones han mejorado notablemente su juego, especialmente en labores defensivas con la entrada de Ekiza, pero siguen careciendo de 'punch' en el área rival. El gol de Gabilondo al filo del descanso ha alimentado la ilusión, pero Nilmar ha puesto las tablas y el oficio del Villarreal ha convertido el acoso rojiblanco en un querer y no poder. La roja a Ekiza acabó de matar el partido.

 

 

Iñaki Benito| BilbaoEl once inicial no presentó ninguna sorpresa sobre lo anunciado la víspera por Bielsa. Aurtenetxe, finalmente, entró en el lateral izquierdo en lugar del lesionado De Marcos; Javi Martínez dejó su puesto en la defensa a Amorebieta y adelantó su posición dejando en el banco a Iturraspe. 
Salió dispuesto el Athletic a reconciliarse con su afición. La salida en tromba de los rojiblancos les sirvió para acallar el tan temido 'run-run', si bien es cierto que el carrusel de llegadas al área de Diego López durante los primeros diez minutos carecieron de peligro. Un chut de Amorebieta (2'), un cabezazo alto de Llorente (7') y un disparo cruzado de Aurtenexe (10') alimentaron el ánimo de la grada. El Villarreal, mientras, aguantó el chaparrón y esperó su momento.  
Veinte minutos tardaron los amarillos en nivelar el partido, el tiempo que tardaron en conectar Borja Valero, Cani y Marcos Senna. Avisaron los de Garrido con un tiro de Senna que se fue por encima del larguero (18') y una contra iniciada por Cani que se perdió en el área pequeña rojiblanca (22').  
Sin embargo, el Athletic no le dejó a su rival adueñarse del partido. Adelantó las líneas y el partido entró en una equilibrada batalla táctica en el centro del campo, muy alejada de las áreas y de la que los más beneficiados eran los visitantes. 
Todo apuntaba al 0-0 al descanso cuando en el 43' apareció Iraola por la banda derecha para meter un centro perfecto al corazón del área que Gabilondo, tras ganarle la espalda a Zapata, remató con fé al fondo de la portería. 1-0 y explosión de júbilo en la grada y sobre el césped.

Pero como ya le ocurrió frente al Rayo en el primer partido, el Athletic no supo gestionar la ventaja ni diez minutos. Una triangulación perfecta entre Cani, Rossi y Nilmar la remachó el brasileño a dos metros de la portería. Amorebieta no pudo despejar el centro del italiano, que ganó la línea de fondo con facilidad, y vuelta a empezar. Los leones, muy enchufados, no le perdieron la cara al partido y trataron de llevar al juego de nuevo a terreno castellonense. Era cuestión de meterle una marcha más a las acciones y a ello contribuyó, como no, la entrada en el campo de Toquero en lugar de Gabilondo. Javi Martínez (55'), Susaeta (61'), Amorebieta (68') y Aurtenetxe (76') pusieron a prueba a Diego López, al tiempo que el Villarreal intentaba buscar las cosquillas al Athletic a la contra. En una de ellas Ekiza se ganó la ovación de la tarde después de una portentosa y limpia carrera desde el centro del campo al área para abortar una galopada envenenada de Marco Ruben. El de la Txantrea, a un altísimo nivel durante todo el partido, acabó pagando el arbitrario rigor de Iglesias Villanueva, que dejó al Athletic con diez. De ahí al final, querer y no poder por parte del Athletic que, no hay que olvidar, se enfrentó a un rival de Champions quizás no tan brillante como en anteriores ocasiones pero igual de compacto y con pólvora arriba. La ovación con la que despidió la parroquia a los jugadores fue el mejor reconocimiento al esfuerzo y a un juego que abre la puerta a la esperanza. Las urgencias, sin embargo, siguen llamando a la puerta.