A penas lleva un año de condena en prisión y el exfutbolista ya está planeando su futuro. Una vez salga de la cárcel, Robinho estaría planificando crear una empresa de apuestas junto al hacker Walter Delgatti. Ambos tienen un castigo similar y habrían hecho buenas migas en el interior de la carcel de Tremembé.
El brasileño fue encarcelado por una violación grupal en Italia a una chica albanesa en 2013 en una discoteca de Milán. Una acusación que siempre ha negado, pero cuya sanción se mantiene firme. Pasará 9 años en prisión, aunque intenta reducir su condena o pasar a un régimen semiabierto. Según el hacker ha comentado a varias personas de las instalaciones, lanzarán su proyecto una vez salgan de allí, aprovechando la fama de Robinho y su talento tecnológico.
Ambos están en celdas separadas, pero pasan mucho tiempo juntos en el patio tomando el sol. El exmadridista está centrado en tener un buen comportamiento para cambiar su estancia en Tremembé. Arregla televisores y radios gracias a un curso de electrónica de 600 horas, se unió al club de lectura, trabaja en el huerto, y ha finalizado los 10 módulos del Programa de Educación para el Trabajo y la Ciudadanía, acciones con las que se ha convertido en un preso modélico.
El exjugador solo puede ser visitado por sus familiares más cercanos, es decir, padres, mujer e hijos. En la cárcel Robinho ha continuado por su pasión por el fútbol, pero poco a poco lo ha ido dejando. Según las fuentes cercanas a la familia estaría sufriendo un bajón psicológico, por lo que habría necesitado la visita de su pastor. "Mantiene la cabeza baja y avanza con calma, es un preso ejemplar y no ha tenido problemas con otros presos, se mantiene ocupado", explicaba su abogado Mario Rosso. Su cabeza sigue en conseguir el régimen semiabierto y luchará todo lo posible por lograrlo.