Las pantallas han llegado para quedarse, pero cada vez existe más evidencia científica a cerca de los riesgos de su uso en los más pequeños. Sin embargo, y a pesar de las advertencias de los pediatras, todavía son muchos los mitos que rodean a esta cuestión.
Es en este aspecto en el que ha puesto el foco 'Lucía mi pediatra' en redes, desmintiendo cinco creencias sobre las pantallas, los niños entre 0 y 6 años y su desarrollo; gracias a los hallazgos de la neurociencia.
Al mismo tiempo, la profesional ha recordado que "la información que tenemos hoy, no existía hace unos años" por lo que los padres y las madres que ahora tienen hijos mayores han lidiado con estas desde la ignorancia y "de la mejor manera que sabíamos y que pudimos".
Pese a que las pantallas muestren contenido educativo relacionado con los idiomas, "en bebés no son educativas". De hecho, la realidad es que "aprenden idiomas de la interacción con personas reales", corrige la pediatra.
Se ha normalizado el hecho de darle un móvil a un niño cuando tiene una rabieta o está aburrido para que se tranquilice. Si bien este comportamiento de calma inmediata es cierto, el problema es que "a la larga dificulta de forma muy importante que aprendan a autorregularse", asegura la misma.
A pesar de que algunos niños pequeños tienen más habilidad con las pantallas que su propios padres, es un error pensar que "haber nacido en la era digital significa que su cerebro esté preparado".
Y es que, la neurociencia ha demostrado "que en los primeros años necesitan experiencias sensoriales y humanas reales, no estímulos digitales", deja claro la Dra. Lucía. "Lo digital ya llegará, y aprenderán rápido cuando su cerebro esté maduro", añade.
Muchos padres tienen miedo de que sus hijos vayan más atrasados que el resto por no dejarles usar pantallas, sin embargo, "no existe evidencia de que la exposición temprana dé ventaja alguna".
De hecho, su uso "se asocia a retrasos en el lenguaje y atención", tal y como observó una investigación de 'JAMA Pediatrics'. Asimismo, estos aprenderán mejor "si su base es sólida en leguaje, juego y habilidades sociales".
En línea con el mito de 'la calma', las pantallas no desarrollan la concentración, pues esta realmente "se entrena con juegos tranquilos, lectura, puzles o actividades manuales"; sino que les dejan "hipnotizados por la estimulación rápida" y esto se conoce como "atención pasiva".