Es posible que en alguna ocasión hayas partido por la mitad una pastilla, abierto una cápsula para disolver en agua su contenido o masticado un comprimido sólido por su gran tamaño. Ante esta realidad tan familiar, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha emitido un comunicado alertando de los riesgos que conllevan este tipo de comportamientos.
Y es que, manipular "formas farmacéuticas orales sólidas, como comprimidos o pastillas, puede influir negativamente en su eficacia terapéutica y ocasionar reacciones adversas, tanto a los pacientes como a quienes manipulen los fármacos", advierte el organismo dependiente del Ministerio de Sanidad.
Si bien el suministro oral de fármacos es la vía preferida para muchas personas, hay a quienes -por determinadas situaciones- esto se les complica, bien porque tienen problemas de deglución, son niños, usan sondas enterales... Entonces, como solución "rápida y efectiva", y ante la no existencia de alternativas viables, estas personas manipulan el fármaco para facilitar la administración, sin tener en cuenta los riesgos que esto conlleva.
Antes de partir, disolver o triturar una pastilla, comprueba que la ficha técnica o el prospecto permite "métodos de administración alternativos como partir, triturar, dispersar los comprimidos o abrir las cápsulas, para facilitar su deglución".
En caso de que no se contemple la opción de manipular el fármaco, la AEMPS "recomienda buscar formas farmacéuticas alternativas que permitan su administración sin necesidad de manipulación", como por ejemplo formas orales líquidas o sólidas, pero "bucodispersables, sublinguales, masticables o dispersables".
En caso de que no existan estas alternativas, consulta al médico o farmacéutico por la posibilidad de manipular dicho medicamento y de cómo hacerlo correctamente. "Como alternativa, para algunos principios activos se contempla la formulación magistral de soluciones orales, especialmente para su uso en pediatría", concluye el comunicado.