El ajo es un alimento básico de la dieta mediterránea. Su sabor y aroma lo convierten en un condimento indispensable en la cocina, pero es que además presenta beneficios para la salud.
Al cortarlo o machacarlo, "se activa una enzima que libera alicina que es un compuesto con efecto antimicrobiano que lucha contra bacterias, virus y hongos", explica la nutricionista Natalia Sirvent a sus casi 100 mil seguidores.
Además de las propiedades antimicrobianas, la nutricionista cuenta que "puede ayudar a reducir la presión arterial y mejorar el perfil de lípidos, disminuyendo el colesterol LDL (malo) y aumentando el HDL (bueno)".
Esto coincide con lo que observó un estudio del Instituto de Toxicología de la Universidad de Shandong (China), cuyo autores concluyeron que "el ajo podría reducir los niveles séricos de colesterol total y triglicéridos, y la terapia con ajo debería beneficiar a los pacientes con riesgo de enfermedades cardiovasculares".
Sumado a esto, "los compuestos azufrados que posee, junto con algunos flavonoides, ayudan a neutralizar radicales libres y a estimular enzimas antioxidantes propias del cuerpo", de forma que "protegen a tus células del estrés oxidativo, un proceso clave en el envejecimiento y en enfermedades", añade la nutricionista.
Por último, el ajo también ayuda a la salud intestinal, pues "alimenta las bacterias buenas de tu intestino favoreciendo una microbiota saludable".
Más allá del aliento o el olor, la ingesta de ajo no presenta efectos nocivos para la salud, siempre y cuando no se consuma en grandes cantidades ya que "puede causar náuseas y ardor en la boca, el esófago y el estómago", matiza el Manual MSD.
De igual forma ocurre con la interacción farmacológica que, en pequeñas cantidades es poco probable que interaccione, pero en grandes dosis "puede interaccionar con fármacos que evitan la formación de coágulos de sangre", aumentando el riesgo de hemorragia.
Por este motivo, desde el manual recomiendan evitar su consumo "como complemento", durante las dos semanas previas a "una intervención quirúrgica o antes de un procedimiento dental". En esta línea, el ajo también puede interaccionar con otros medicamentos como: