Popularmente, siempre se ha dicho que tomar una copa de vino tinto al día es bueno para la salud, sobre todo para el corazón. Sin embargo, esta creencia se tambalea cada vez más, puesto que la Organización Mundial de la Salud apunta que no existe una dosis segura de consumo de alcohol.
Entonces, ¿de dónde viene esta creencia? El cardiólogo José Abellán indica que el mito de que el vino tinto protege el corazón comenzó a extenderse en los años 90, a raíz de un estudio que evidenció que los franceses sufrían menos infartos, pese a llevar una dieta rica en grasas.
El matiz es que esta baja incidencia de infartos lo atribuyeron a la ingesta de vino tinto, por su contenido en antioxidantes, como es el compuesto llamado resveratrol.
El resveratrol se trata de una sustancia que "podría estar relacionada con un menor riesgo de inflamación y coagulación de la sangre, lo que tendría un efecto preventivo sobre el desarrollo de enfermedades cardiacas", cuenta la Fundación Española del Corazón.
En esta misma línea, el cardiólogo Abellán explica que un "antioxidante natural que las plantas producen para protegerse del estrés y de las infecciones", cuyas funciones son:
Bajo estas características, es lógico pensar que el vino tinto "podría reducir el riesgo de aterosclerosis -grasa que se acumula y endurece las arterias-", pero el profesional apunta que "la clave está en la dosis".
Dicho antioxidante natural se concentra sobre todo en la piel de las uvas tintas, por el vino tinto presenta más resveratrol que el blanco. Concretamente, el tinto contiene 3 mg por cada 100 ml, mientras que el blanco 0,05 mg por cada 100 ml.
Sin embargo, esta cantidad no es suficiente, puesto que "en estudios con humanos, los beneficios aparecen con 150-500 mg de resveratrol al día", contextualiza el Dr. Abellán.
Esto significa que se tendrían que consumir cinco litros de vino tinto al día para obtener los beneficios de dicho antioxidante, lo que "implicaría una cantidad tóxica de alcohol para tu salud".