La siesta después de comer es un hábito preciado y que no puede faltar en el día a día de algunas personas. Esta 'cabezadita' diurna es saludable y presenta beneficios siempre y cuando dure su justa medida, pero si este tiempo se dilata, sus efectos se vuelven a la contra.
El hecho de que nos entre sueño después de comer tiene una explicación, y es que, en ese momento los ritmos circadianos tienden a sufrir una caída que afecta al estado de alerta.
Asimismo, desde la Sociedad Española del Sueño (SES) añaden que "el reloj biológico central, hace que unas ocho horas tras el despertar se produzca un aumento de la somnolencia".
¿Qué ocurre cuando la siesta "se va de las manos" y dura más de media hora? Si lo haces de vez en cuando nada, pero si es algo habitual sí que puede convertirse en un problema.
Diversos estudios han puesto el foco en la relación que existe entre la duración de la siestas y el riesgo de sufrir enfermedades y coinciden en que a partir de los 30 minutos dejan de ser saludables.
"La siesta, cuanto más larga es, más engorda y más riesgo tienes de enfermar", asegura la Dra. Sara Marín Berbell, más conocida en redes como @uncafecontudoctora.
Una estas investigaciones, publicada en la revista 'Obesity', concluyó que "la duración de la siesta es relevante en la obesidad". Tomando como referencia este estudio, la facultativo añade que los participantes de este estudio que dormían siestas de más de media hora "les subía la tensión, se le alteraba el azúcar, les salía barriga cervecera y tenían más riesgo de sufrir un infarto". Además, "se alteran tus hormonas del hambre y te levantas con mucho antojo de azúcar".
Otro estudio, publicado en la revista 'Sleep', apunta que a partir de la media hora de siesta el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular aumenta ligeramente, un incremento que se vuelve más brusco cuando la duración supera los 45 minutos.
"A los 30-40 minutos ya te metes en el sueño profundo. Esto también rompe todos los ritmos circadianos y cuando te despiertas, tu cuerpo quiere espabilarte y produce un pico de cortisol, la hormona del estrés. Este es el que aumenta la resistencia a la insulina, más riesgo para tu corazón, altera tu metabolismo, tu tensión, tu colesterol y tienes más riesgo de infarto", explica la Dra. Marín Berbell.
Además de todo esto, si encima te acuestas recién comido (sobre todo si ha sido algo copioso) puede aparecer "reflujo, acidez y digestiones pesadas".
Si eres uno de los que duerme siestas largas a diario, la Dra. Sara Marín Berbell da tres trucos para que estas sean saludables: