La donación de sangre es un procedimiento seguro, rápido y sencillo en el que en ningún caso la salud del donante se va a ver comprometida, y que, además, puede salvar hasta tres vidas.
No obstante, esto no significa que sea un proceso baladí, pues generalmente se extraen 450 ml de sangre, que es el tamaño estándar de las bolsas que se utilizan habitualmente. Esto significa que el cuerpo va a necesitar unas horas para recuperar el volumen de líquido que se tenía antes de la donación, por lo que los profesionales sanitarios aconsejan evitar determinados comportamientos después de esta.
Justo al acabar la donación, "para evitar la aparición de hematomas" se debe "ejercer presión durante unos minutos" en el punto en el que se ha extraído la sangre, detallan desde el Servicio de Salud de la Comunidad de Madrid.
Tras la donación, se debe descansar unos 10-15 minutos mientras se consume un refrigerio y algo de comer. Aunque después se puede hacer vida normal, hay que "evitar los esfuerzos intensos el resto del día" y en las dos horas siguientes no se debe:
Asimismo, la Fundación Jiménez Díaz añade a dicha lista de cosas que no se deben hacer tras donar sangre lo siguiente:
Por otro lado, lo que sí se aconseja es beber abundante líquido las siguientes 24 horas, ya sea café, agua o refrescos, y en caso de mareo, "túmbate con las piernas en alto".
Al igual que después de donar sangre hay que tomar una serie de precauciones, antes de esta también, sobre todo para que el proceso sea lo más sencillo posible y que la sangre esté en el mejor estado, pues la utilizarán, en su mayoría, para transfundírsela a pacientes enfermos.
Por ello, y a diferencia de las analíticas convencionales, no se debe llegar a una donación en ayunas, ni tampoco habiendo consumido alcohol. Se debe evitar "fumar desde, al menos, una hora antes de la donación" y procurar que la última comida haya sido baja en grasas.
Dormir bien la noche anterior también es importante, y "si tienes tendencia a tener niveles bajos de hierro", es conveniente consumir alimentos ricos en este mineral como por ejemplo, carnes rojas, hígado, pescado, huevos, legumbres y frutos secos.