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Dormir poco reduce la efectividad de las vacunas: hasta un 20% cuando son menos de seis horas y media

Hombre con el móvil en la cama antes de acostarse

Dormir es una necesidad básica que muy pocas personas cumplen a rajatabla. Según la recomendación científica, los adultos deben dormir entre 7 y 8 horas diarias para no comprometer su salud. Sin embargo, el 30% de la población española se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador y finaliza el día muy cansado, un 14% tiene insomnio crónico y el 10% algún trastorno vinculado a no dormir.

La falta de horas de sueño puede aumentar el riesgo, a largo plazo, de padecer una afectación en el sistema inmunológico o desarrollar algunos cánceres, hipertensión y diabetes.

Junto a estas evidencias, Carlos Egea, presidente de la Federación Española de Sociedades Médicas del Sueño (FESMES), también ha añadido que dormir menos de seis horas y media diarias reduce la efectividad de las vacunas hasta un 20%. Aunque esta merma en la efectividad se ha confirmado durante la covid, se puede extrapolar a las vacunas de manera general y en distintos perfiles.

Acabar con el estigma de que dormir es "tiempo perdido"

Con estos datos y esa evidencia científica, Egea ha subrayado la necesidad de quitar al sueño el estigma de que es "tiempo perdido", y para ello, ha dicho, es fundamental involucrar a la administración sanitaria en la promoción de la calidad del sueño y situar a estos trastornos en el debate público.

"El cuidado de la salud mental implica también cuidar el sueño", ha señalado este experto que ha pedido que la alianza participe en la subcomisión de salud mental del Congreso de los Diputados, donde también se entregarán las firmas de la campaña #EspañaTieneSueño.

Egea ha reclamado la creación de una área de capacitación específica para la medicina del sueño que dé respuesta a este creciente problema de salud pública.

Abusar de los fármacos conduce al deterioro cognitivo

Este neumólogo ha insistido en que el sueño determina "lo que somos y lo que vamos a ser". Así, dormir menos de siete horas aumenta la probabilidad de tener enfermedades cardiovasculares, el riesgo de ictus e infarto y ha precisado que el consumo continuado de fármacos para el insomnio -benzodiacepinas- conduce al deterioro cognitivo y puede disminuir la esperanza vida hasta 2,5 años.

Egea ha avanzado que la Alianza por el Sueño -que agrupa sociedades médicas, asociaciones de pacientes y empresas- lanzará próximamente una campaña dirigida a los adolescentes, una de las franjas más afectadas por la falta de sueño, para que sean conscientes de que dormir suficientes horas repercute favorablemente en su rendimiento.

"Para que todo funcione bien, hay que dormir bien"

Dormir favorece la maduración cerebral en los primeros años de vida, la eliminación de tóxicos en el cerebro y la consolidación de la memoria, pero también tiene interrelación con el sistema hormonal, el inmune y el cardiovascular y "para que todo funcione bien, hay que dormir bien", asegura coordinadora de la Sociedad Española de Sueño (SES), Ana Teijeira.

La experta en neurofisiología clínica ha reconocido que no dormir genera somnolencia y, a corto plazo, puede provocar accidentes laborales o de tráfico y a largo, el desarrollo de enfermedades graves y eventos cerebrovasculares por lo que el sueño debe plantearse como "una prioridad".

Según Teijeira, el cambio climático tiene un impacto en la calidad del sueño a nivel poblacional y dormir por encima de los 29 ó 30 grados provoca serias disrupciones.

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