Mazda ha redefinido su SUV más popular con el lanzamiento del CX-5 2026, una generación completamente renovada que se posiciona como el modelo más avanzado tecnológicamente de la firma japonesa. El salto no está en el diseño exterior ni en la mecánica, sino en la digitalización integral del vehículo, que transforma por completo la experiencia a bordo.
El nuevo CX-5 estrena una arquitectura electrónica avanzada, diseñada para centralizar y gestionar todas las funciones del coche desde una única plataforma. Esta evolución permite integrar sistemas más complejos y ofrecer un entorno digital más fluido. El habitáculo gira en torno a dos grandes pantallas: una de 12,9 pulgadas de serie o una de 15,6 pulgadas en versiones superiores. A esto se suma un cuadro de instrumentos 100 % digital, que reemplaza la instrumentación tradicional por un entorno configurable y mucho más visual.
Lo destacable en este caso es que la experiencia de conectividad ha sido replanteada desde cero. El sistema operativo está basado en servicios nativos de Google, lo que permite acceder a mapas, aplicaciones, comandos por voz y otras funciones sin necesidad de vincular un smartphone. Esta integración convierte al CX-5 en un coche inteligente por derecho propio, capaz de evolucionar a través de actualizaciones remotas y con un ecosistema digital independiente.
Más allá de la revolución tecnológica, el CX-5 2026 crece en dimensiones para ofrecer mayor espacio interior y capacidad de carga. La ergonomía mejora gracias a una redistribución de elementos y a la reducción de botones físicos, lo que genera un ambiente más limpio y moderno. La calidad percibida también da un salto, con nuevos materiales, ajustes más precisos y una atmósfera más sofisticada.
En cuanto a la mecánica, el modelo mantiene el motor 2.5 e‑Skyactiv G con hibridación ligera, lo que le permite lucir la etiqueta ECO sin alterar su enfoque equilibrado entre confort, eficiencia y rendimiento. La gama contempla versiones de tracción delantera o total, siempre con cambio automático.
Por todo ello, no es ningún secreto que este CX-5 marca un antes y un después en la gama Mazda. Es un SUV que no solo cumple con lo esperado en espacio, confort y dinámica, sino que además incorpora una capa de inteligencia que lo sitúa a la vanguardia tecnológica del segmento.