El nuevo Alfa Romeo, el más potente, no es el más bonito

La reciente edición limitada Collezione de los Alfa Romeo Giulia y Stelvio Quadrifoglio representa el cénit prestacional de la marca italiana. Con 520 CV procedentes del motor V6 2.9 biturbo y una configuración centrada en la deportividad más pura, estos modelos simbolizan la esencia del Quadrifoglio. Ambos se ofrecen con un exclusivo acabado en “Rosso Villa d’Este”, techo en fibra de carbono, escape Akrapovič y frenos cerámicos, además de una numeración específica para reforzar su carácter de colección.

Sin embargo, a pesar de su potencia y exclusividad, no son pocos los que señalan que estos Alfa no destacan precisamente por su belleza. La estética sobredimensionada, los trazos agresivos y la presencia musculosa han sido llevados al extremo, lo que, para algunos, ha terminado por restar elegancia al conjunto. En esta edición, los detalles técnicos y aerodinámicos predominan sobre las líneas puras que históricamente definieron la identidad visual de Alfa Romeo.

Frente a esta propuesta radical, el Alfa Romeo Junior emerge como una alternativa visualmente más equilibrada. A pesar de su planteamiento menos ambicioso en términos de potencia, su diseño ha logrado conquistar a una parte del público. Su silueta más compacta, la armonía en las proporciones y una interpretación moderna del ADN de la marca lo han convertido en un objeto de deseo por méritos estéticos.

Un enfoque más contemporáneo

El Junior ha sabido reinterpretar el lenguaje de diseño de Alfa Romeo sin recurrir a la nostalgia ni a la exageración. En este sentido, su frontal con personalidad propia, los grupos ópticos bien integrados y las líneas limpias de su carrocería le otorgan una presencia moderna y desenfadada, alejada del dramatismo visual de los Quadrifoglio Collezione.

Lo destacable en este caso es que el Junior consigue transmitir deportividad sin necesidad de recurrir a una imagen extrema. Además, su tamaño contenido y su enfoque urbano hacen que su diseño resulte más cercano y funcional, en contraste con la imponente —y para algunos excesiva— estampa del Giulia y Stelvio en esta edición especial.

Por todo ello, aunque los nuevos Collezione representan la cima técnica de la marca, no es ningún secreto que el Junior ha captado mayor simpatía visual. La belleza, como siempre, es subjetiva, pero en esta ocasión, el equilibrio parece haber superado a la potencia.