El Skoda Scala es uno de esos modelos que muchos subestiman. Algunos lo consideran desfasado frente a rivales más recientes. Sin embargo, su calidad, practicidad y precio competitivo lo convierten en una opción muy atractiva dentro del segmento de los compactos. No es solo un coche funcional, sino también inteligente a la hora de invertir.
En cuanto a dimensiones, el Scala ofrece un interior amplio y cómodo. Mide 4,362 metros de largo, 1,793 metros de ancho y tiene una batalla de 2,649 metros, ideal para pasajeros adultos. Su maletero parte de 467 litros y puede expandirse hasta 1.410 litros, suficiente para maletas, compras grandes o equipos deportivos, lo que lo hace perfecto para familias.
El motor de acceso es un 1.0 TSI de gasolina, que entrega 95 CV y 175 Nm de par máximo. Su cambio manual de cinco velocidades y tracción delantera lo hacen eficiente en ciudad y estable en carretera. Acelera de 0 a 100 km/h en 11 segundos y alcanza una velocidad máxima de 190 km/h, demostrando que no sacrifica rendimiento por economía.
En equipamiento, incluso la versión básica es completa: aire acondicionado, elevalunas eléctricos, cierre con mando, espejos térmicos, pantalla táctil, Bluetooth, USB y llantas de aleación. El volante en piel aporta un toque de confort. Todo pensado para un uso diario sin complicaciones.
Las versiones más completas suben de nivel con climatizador de dos zonas, techo panorámico, asientos térmicos, faros Full LED y acceso y arranque sin llave. Además, incorpora ayudas a la conducción como control de crucero adaptativo, detector de ángulo muerto, alerta de cambio de carril y asistente de aparcamiento automático, garantizando seguridad y tranquilidad al volante.
El precio es otro punto fuerte. Desde 17.900 euros financiados, con cuotas de 110 euros al mes, entrada de 2.846 euros y cuota final de 14.596 euros, o 20.006 euros al contado, el Scala se sitúa muy por debajo de rivales como Seat León, Kia Ceed o Ford Focus, ofreciendo más valor por menos dinero.