Fiabilidad, bajo coste de mantenimiento y un diseño diferente. El Toyota C-HR no es solo un SUV compacto, es una apuesta segura para quienes quieren olvidarse de pasar por el taller más de lo necesario. Con 4,36 metros de largo y una batalla de 2,64 metros, combina dimensiones manejables con un interior bien aprovechado.
Frente a competidores como Kia Niro o Mazda MX-30 híbrido, el C-HR se diferencia por la solidez de su mecánica híbrida y la confianza que transmite. Es un coche pensado para durar, para conducirlo mucho y para no perder tiempo en el taller. Así, más que un gasto, se convierte en una inversión inteligente.
La gama arranca con el 1.8 Hybrid HEV. Este sistema combina un motor de gasolina de 98 CV y uno eléctrico de 95 CV, sumando 140 CV. Sus cifras son equilibradas: 0 a 100 km/h en 10,2 segundos, velocidad máxima de 170 km/h y consumo bajo. Todo con etiqueta ECO de la DGT, que abre la puerta a ventajas en circulación, impuestos y estacionamiento.
En equipamiento, incluso el acabado Active ofrece más de lo que se espera. Entrada y arranque sin llave, retrovisores calefactables y plegables, sensor de luz y lluvia, faros LED y un arsenal de asistentes a la conducción: mantenimiento de carril, pre-colisión, control de crucero adaptativo y reconocimiento de señales, entre otros.
El precio también es un punto fuerte. Desde 31.750 euros al contado o 29.150 euros financiado, el Toyota C-HR ofrece mucho valor. Y si buscas más potencia, el 200H con motor 2.0 y eléctrico de 113 CV entrega 197 CV, mantiene consumos de solo 4,8 litros/100 km y parte de 28.500 euros financiado.
Dentro, la tecnología es protagonista. Pantalla central de 8 pulgadas, cuadro digital de 12,3 pulgadas, Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, climatizador bizona y asientos traseros plegables 60:40. Además, la calidad de materiales y ajustes recuerda a segmentos superiores.
El maletero ofrece 358 litros, suficiente para el día a día. Y, como en todo Toyota, la prioridad está en la fiabilidad. Esto significa menos averías y más kilómetros sin preocupaciones, algo que pocos rivales pueden igualar.