Volkswagen se encuentra ultimando los detalles del que será uno de los lanzamientos más relevantes de su gama eléctrica. Con el Salón del Automóvil de Múnich como escenario elegido, la marca alemana presentará en septiembre su esperado ID.2. Será un modelo clave en su estrategia de electrificación para los próximos años.
Durante los últimos meses, varios prototipos han sido avistados en fase de pruebas. Aunque el vehículo circula camuflado bajo la apariencia de un Volkswagen Polo, los especialistas del sector coinciden: se trata claramente del nuevo eléctrico compacto, que marcará un antes y un después en el posicionamiento de la firma en este segmento.
El Volkswagen ID.2 se asentará sobre la nueva arquitectura MEB Entry. Se trata de una evolución de la plataforma MEB, diseñada para modelos más accesibles. Su objetivo es ofrecer un vehículo eléctrico con un precio de partida por debajo de los 25.000 euros. Y todo ello manteniendo unos niveles de autonomía y equipamiento competitivos frente a rivales directos.
La producción del modelo comenzará en marzo de 2026 en la planta de Martorell (Barcelona). Allí también se fabricarán otros modelos eléctricos del grupo, como el CUPRA Raval, el Skoda Epic y la versión SUV del propio ID.2. Recientemente, Volkswagen ha iniciado el ensamblaje de los primeros módulos de batería, adaptando sus instalaciones para esta nueva generación.
Entre las novedades técnicas confirmadas destaca la eliminación de los frenos de tambor traseros, que serán reemplazados por discos de dos pistones. Esto se traducirá en una mejora del comportamiento dinámico y de la seguridad. Esta modificación responde a una evolución lógica, más acorde con las expectativas del público europeo.
Llegados a este punto, solo queda ponerle nombre. Y es que, aunque de momento os referimos a él como ID.2, desde la marca se contempla la posibilidad de abandonar la nomenclatura ID. en favor de recuperar nombres históricos. De hecho, podría heredar la nomenclatura Polo.