Audi tiene un problema embarazoso con uno de sus modelos icónicos

El Audi A8, una de las berlinas más representativas del segmento de lujo, atraviesa un momento complicado que pocos quieren reconocer abiertamente. Mientras sus principales rivales, el Mercedes Clase S y el BMW Serie 7, ya han sido renovados o están en pleno proceso de actualización, el buque insignia de Audi sigue anclado en una generación lanzada en 2017.

Aunque tradicionalmente los modelos premium tienen ciclos de vida de unos siete años, Audi ha estirado este plazo al límite, e incluso más allá. Algo que no ha pasado desapercibido en un mercado donde la innovación y la imagen lo son todo. El actual A8 recibió un lavado de cara hace tres años y medio. Pero ese pequeño impulso ya no es suficiente para mantenerlo competitivo.

Audi se queda atrás con el A8

Mientras tanto, marcas como Porsche han renovado por completo el Panamera, y el Clase S de Mercedes está siendo sometido a una profunda revisión para extender su ciclo comercial hasta bien entrada la próxima década. En ese contexto, el A8 parece haber quedado estancado, sin una hoja de ruta clara para su relevo.

El retraso en la toma de decisiones dentro de Audi ha sido reconocido incluso por su nuevo CEO, Gernot Döllner. El ejecutivo habló de un “letargo impermisible” en la estrategia de producto. Su llegada ha supuesto un cambio de rumbo, priorizando los modelos de mayor volumen y rentabilidad antes de abordar los más emblemáticos, como el A8.

Sin fecha para el A8 eléctrico

El plan de Döllner incluye un nuevo restyling para el A8 antes de dar el salto a una versión completamente eléctrica, que podría compartir plataforma con modelos como el Bentley Bentayga. Sin embargo, esto no ocurrirá de inmediato, lo que deja a Audi con una oferta anticuada en el segmento más exclusivo del mercado.

Todo indica que el A8 actual vivirá durante este 2025, cumpliendo unos ocho años en el mercado, una cifra que se aleja del estándar habitual. Mientras tanto, sus rivales seguirán ganando ventaja, dejando a Audi en una posición incómoda que pone en tela de juicio su papel como líder en tecnología y prestigio automotriz.