La Bola del Mundo corona a Jonas Vingegaard y confirma al rey de La Vuelta

La Sierra de Guadarrama volvió a ser juez y escenario de una jornada que mezcló épica deportiva con tensión extradeportiva. Jonas Vingegaard firmó un ataque demoledor en los últimos metros de la Bola del Mundo, logrando su segundo triunfo parcial en esta edición y reforzando su liderato en la general. Sin embargo, la etapa quedará también en la memoria por la sentada de manifestantes propalestinos a 18 kilómetros de la meta, que obligó al pelotón a frenar y esquivar a los protestantes antes de reanudar la batalla en la montaña.

Una carrera interrumpida por la protesta

La jornada arrancó en Robledo de Chavela con una fuga numerosa que mantuvo vivo el pulso gracias al control de UAE Team Emirates. Todo parecía en orden hasta que, en la aproximación final a Becerril de la Sierra, un centenar de manifestantes interrumpió la carretera. La imagen fue impactante: corredores y coches obligados a zigzaguear, el pelotón partido en dos y la incertidumbre de si la etapa podría continuar. Tras unos minutos de tensión y con la escapada ya por delante, la organización y las fuerzas de seguridad lograron despejar la vía.

Jonas Vingegaard sentencia en la cima

Con la carrera lanzada de nuevo, Mikel Landa y Giulio Ciccone trataron de resistir en cabeza, pero el grupo de favoritos acabó cazándolos en las durísimas rampas de la Bola del Mundo. Allí, Joao Almeida probó suerte sin éxito, mientras Hindley atacaba para defender sus opciones de podio. Sin embargo, todo quedó en manos del líder danés. A falta de un kilómetro, Vingegaard se levantó sobre la bicicleta y lanzó un ataque seco, imposible de responder. Almeida y Hindley cedieron terreno; Pidcock aguantó con lo justo y Riccitello aprovechó para consolidar el maillot blanco ante un exhausto Pellizzari.

El triunfo en solitario de Vingegaard no solo le dio la etapa, sino que prácticamente sentenció la clasificación general. Con Madrid a la vista, la sensación es clara: la Vuelta ya tiene dueño.