El susto en la Vuelta: un perro casi provoca un accidente en L’Angliru

La Vuelta a España vivió este viernes una jornada llena de tensión y momentos insólitos durante la etapa con final en L’Angliru. Un perro irrumpió en la carretera mientras pasaba el pelotón, arrastrando una silla, y provocó un susto mayúsculo entre ciclistas, coches y motos de la caravana. Afortunadamente, la escena se resolvió sin consecuencias graves, pero recordó la fragilidad de la seguridad en las carreteras durante una gran vuelta, especialmente en puertos tan exigentes como el Angliru.

Incidente del perro en el descenso de La Mozqueta

El episodio tuvo lugar antes de afrontar el temido puerto de L’Angliru, un coloso de 12,4 kilómetros con pendiente media del 9,8% y rampas de hasta el 23%. Antes de llegar a él, los corredores debían superar otros dos puertos de primera categoría, La Mozqueta y El Cordal, y fue en el descenso de La Mozqueta donde se produjo el incidente.

El italiano Antonio Tiberi y el neerlandés Huub Artz circulaban con fuerza intentando enlazar con la cabeza de carrera cuando el perro apareció de repente, arrastrando la silla a la que estaba atado. Ambos ciclistas lograron esquivarlo por centímetros, evitando lo que pudo haber sido un accidente de consecuencias graves. Desde los coches de equipo se dio aviso inmediato y las motos de la organización lograron apartar al animal de la carretera.

Aunque el suceso apenas duró segundos, puso de relieve los riesgos que pueden presentarse en plena competición. Momentos más adelante, Tiberi sufrió otra situación de riesgo en el descenso del Cordal, cuando entró demasiado rápido en una curva resbaladiza y cayó. El italiano se levantó enseguida y continuó la etapa, aunque con un fuerte susto y la tensión elevada por la jornada.

Otros sobresaltos en La Vuelta

La etapa también estuvo marcada por protestas en contra de la presencia del equipo Israel-Premier Tech debido a los ataques en Gaza. Tres corredores fugados, Nico Vinokourov, Bob Jungels y Jefferson Cepeda, tuvieron que detenerse unos 30 segundos hasta que la policía redujo a los manifestantes y permitió reanudar la marcha.

Estos incidentes demuestran que la seguridad en la Vuelta no solo depende de la habilidad de los ciclistas, sino también de factores externos imprevisibles, como animales en la carretera o interrupciones por protestas. La combinación de un recorrido extremadamente exigente, con puertos de primera y final en alto en L’Angliru, y estas situaciones inesperadas subraya la necesidad de concentración máxima en cada kilómetro.