Lo dice nada menos que Toni Nadal: Carlos Alcaraz es la mayor promesa que tiene el tenis español y recuerda en sus comienzos a Rafa Nadal. El murciano, de tan sólo 17 años, acaba de debutar en la fase previa del Open de Australia, el primer grande de una temporada de nuevo extraña. Y lo ha hecho con victoria ante el eslovaco Filip Horansky, remontada incluida: 7-5, 1-6 y 4-6 en 2 horas y 29 minutos. Problemas e incerditumbre. "He hecho muy buena pretemporada pero he estado muy nervioso. Lo he superado jugando con agresividad", ha dicho el propio Alcaraz.
Venimos de una semana en la que ha colgado la raqueta, con sólo 27 años, Carlos Boluda-Purkiss, quien fuera catalogado hace años como 'el nuevo Nadal'. Hay que tener, pues, mucho tiento con las comparaciones que se hacen al hablar de Alcaraz. Pero sin pasarnos, pues la ilusión que despierta el murciano está plenamente justificada con su imponente tenis y su juventud. "La sensación española continúa su impresionante ascenso al ganar su primer partido de clasificación de un Grand Slam en el Abierto de Australia", ha escrito la organización del torneo en su web oficial. Ahí queda eso..
Anteriormente, Alcaraz había caído en la previa de Roland Garros, el pasado mes de septiembre. Un torneo que tuvo que ver plenamente por televisión y que conquistó su ídolo, Rafa Nadal. Entonces dejó escapar dos bolas de partido ante Aleksandar Vukic. Esta vez templó sus nervios y todo hace indicar que si los aplaca definitivamente, puede colarse en Melbourne. Esta fase previa se está desarrollando en Doha y ahora tendrá en frente al ruso Evgeny Karlovskiy. Si le vence, Alcaraz estará a una sola ronda de participar en su primer Grand Slam.
"El año pasado comencé la temporada muy bien y tras haber hecho una muy buena pretemporada, ahora tengo mucha confianza para iniciar 2021", ha añadido el pupilo de Juan Carlos Ferrero, quien ocupa el puesto 141 en el ranking ATP. Quién sabe si Alcaraz empezará a hacer historia en Australia, allí donde Rafa Nadal se convirtió en el primer español en ganar en Melbourne y en donde un jovencísimo Carlos Moyá, ahora entrenador del manacorense, saltó a la fama llegando a la final en 1997.