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W03, ejemplo e identidad


El Málaga y el malaguismo están de enhorabuena. La renovación de Weligton no sólo significa la continuidad del mejor defensa de la plantilla y de uno de los mejores jugadores de la historia moderna del club. Garantiza además identidad, compromiso, valores. Malaguismo. Cuando llegue el verano de 2015, el brasileño habrá completado ocho temporadas como blanquiazul. En Segunda, luchando por sobrevivir en Primera o en Champions League. Y seguramente añadirá alguno más a esos ocho años.
Jugadores como Weligton, Jesús Gámez, Duda o Eliseu representan a la perfección la figura del futbolista de club. Han sobrevivido a los coqueteos con los bajos fondos, al glamour europeo y al doloroso viaje de regreso a la realidad de club humilde. Han vivido las experiencias deportivas más variopintas y han convivido con la estrechez y con un derroche económico exagerado. Y nunca pusieron como condición para seguir la garantía de un proyecto ambicioso ni exigieron promesas faraónicas de uno u otro propietario.
W03 se ha forjado una bonita historia en Málaga. Más de 200 partidos a sus espaldas, un rendimiento altísimo siempre y una fidelidad al Málaga muy poco común en estos tiempos. Eso le han valido el reconocimiento del club y el cariño infinito de su afición. Su hija está creciendo en Málaga, muy pronto tendrá otra descendiente malagueña y a él, aunque se le sigue resistiendo el acento, ya se le considera malagueño.
Hablar de Weligton es hablar del Málaga. Él no necesitó nacer en El Palo o en Ciudad Jardín, ni crecer en El Viso, para ser de la casa. "Huelintown", le canta la grada desde hace años. Cuando Muñiz le encontró en Suiza en 2007, entendió que le había llegado la gran oportunidad de su carrera y desde entonces nada ha podido borrarle la sonrisa. Tiene un hueco en el corazón de Málaga. Y ese afecto es muchísimo más que el resultado de su indiscutible calidad como futbolista. Weligton es uno de los nuestros.

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