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Es Noticia

No hay peor ciego que el que no quiere ver

Rufete en la última renovación de Javi Fuego.
Dani Meroño

Con tantos días de fiesta, festivales de música y vacaciones de por medio, leyendo el titular, muchos se pensarán que mi columna de hoy va dedicada al maravilloso mundo de las borracheras. Sería el camino más fácil conociendo a un servidor pero no, hoy no. Porque hay muchos ciegos: Los que por desgracia son invidentes por una mala pasada de la vida; los que beben para olvidar y acaban por ver doble; y los que no quieren ver lo que está pasando. 

Precisamente de estos últimos en Valencia hay cada día menos, pero los sigue habiendo.  De hecho algunos de hechos se han abonado al ridículo contínuo y solo con el tiempo se darán cuenta de lo que hay. Y es que todos en alguna faceta de nuestra vida hemos hecho caso omiso de realidades y evidencias que delataban una situación. Desde ese amigo que te está haciendo la tranca, un amor que te está engañando o una situación evidente que no quieres aceptar. Se lo dice alguien que ha pasado por todos estos estados emocionales, y sin ir borracho.
En este sentido, aún me sorprende cómo hay algunos que dudan de la capacidad de este Valencia CF. No entiendo cómo hay quien critica la ambición de este equipo o la ilusión que se ha generado en la afición. Compromiso, espectáculo, resultados… ¿Por qué no se rinden ante la evidencia? ¿Por qué no apartan esos rajes despechados para apoyar a un Valencia que puede hacer cosas grandes? No lo entiendo, sinceramente, ni lo entenderé en la vida.
El vestuario, uno de los más unidos y enganchados de los últimos años, se ha propuesto afrontar cada partido como una final. Ir escalando puestos hasta donde el destino y el fútbol les lleve. Una situación que era impensable hace cosa de año y medio. El equipo no ha querido aceptar la situación de pelear por algo más que el cuarto puesto, pero las señales están ahí. Mejores números que el doblete, afición llenando el campo, desplazamientos masivos… la historia empieza a repetirse. Hay que rendirse ante las evidencias.
Por eso tampoco entiendo que se dude del compromiso no solo del vestuario, sino de Amadeo Salvo, Rufete o la gente de Meriton que ha tomado las riendas del club. Querer enmerdar con el asunto de las renovaciones es de ser mediocres, y ponerse medallas con futbolistas que están rindiendo bien pero sin sus compañeros no daban una patada a un bote más aún. Así de claro. Ahora los jugadores no renuevan para marcharse, sino por convicción moral y profesional. Con lo que Gayà -por decir uno de los más sonados- renueve o no, lo hará por decisión propia y no para hacer el teatrillo clásico de otra época en lo que era un club de cartón piedra. A todo esto, yo confío en que seguirá.
Porque sí, las apariencias engañan y a veces lo que parece una cosa es diametralmente la opuesta, así que solo les digo a todos esos engañados que viven en un mundo que no es real ni verdadero se dejen llevar y se rindan ante la evidencia. Dormirán mejor, disfrutarán de la vida y serán realmente más felices. Porque ya lo saben, no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Dani Meroño
Periodista de RadioEsport y Deportes con Julio Insa

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