Abasolo se abre una puerta en el San Antonio Scorpions de EEUU

Paul Abasolo, con 29 años, quiere buscar nuevos horizontes en el mundo del soccer. Después de dos temporadas arrastrando molestias en su tobillo izquierdo y con un rendimiento por debajo de su calidad, decidió operarse en verano y ha probado durante veinte días en el equipo nortemericano del San Antonio Scorpions, de la NASL, una especie de Segunda División, aunque son competiciones cerradas. Acaba de concluir la Liga, pero en febrero le han sugerido que podría alistarse en sus filas. “Estoy abierto a todo, tengo ganas de disfrutar de nuevo del fútbol sea donde sea”, comenta a ElDesmarque. 
Abasolo, criado en la cantera de Lezama hasta el Basconia, que manejó una oferta del Real Madrid C, dispone de un currículum destacable, aunque siempre reclutado entre Segunda B y Segunda: Barakaldo, Real Unión (marcó un golazo en el Bernabéu en Copa), Eibar, Lemona, Logroñés, Real Oviedo y Sestao River. Ahora ansía nuevos retos para reflotar su carrera: “La verdad es que no es nada fácil entrar en la Liga americana. Son bastante cerrados, muy suyos y no suelen dar oportunidades, salvo que te conozcan mucho”, comenta. Aterrizó en San Antonio el 28 de septiembre y regresó a casa el 18 de octubre. La oportunidad surgió por mediación de su ex compañero en el Oviedo Borja Rubiato, afincado en el Scorpions, como el ex internacional mexicano Javier Saavedra: “El nivel es bastante bueno y las instalaciones espectaculares”, apunta el durangarra sobre una franquicia bastante joven, con apenas tres temporadas en funcionamiento, y que compite, entre otros, contra el famoso Cosmos de Senna y Ayoze. “Llevo muchos años en Segunda B y me apetecía cambiar”, reitera Abasolo, que el curso pasado militó en el Sestao River, aunque sin demasiada continuidad a cuenta de sus limitaciones físicas por su dichosa articulación. 
El fino mediapunta, que estuvo a punto de firmar en su día por el Athletic cuando con Iñaki Alonso descolló en el Real Unión y fue sondeado por Segundas como Girona y Salamanca, se operó en Donosti este verano y se rehabilitó en Tarragona, donde se entrenó por su cuenta para ponerse en forma. Ahora lo está, sólo necesita un equipo para expresar su talento: “Por lo menos hasta febrero me gustaría jugar en algún equipo, aunque sea de Tercera o en el extranjero, después, ya veremos, pero igual me voy a EEUU”, admite. El soccer del otro lado del Atlántico, relata, se basa más “en el físico que en la técnica”, algo parecido al “fútbol británico”. Abasolo, en plena madurez personal después de múltiples avatares, y futbolística, busca nuevos retos. Su hermano pequeño Adrián se acaba de enrolar en el Lagun Onak de Tercera, después de su periplo por clubes modestos como Bermeo, Iurretako o Padura. Este fin de semana marcó. Paul necesita sentirse de nuevo futbolista. Clase tiene para exportar. 
@javirbeltran10