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Es Noticia

"Queremos un Betis grande", la autoexigencia y Ceballos

Juan Pinto


Acabó la temporada para el Betis. Un décimo puesto que invita a una reflexión: si el objetivo para el año que viene es quedar del décimo para arriba (viendo el nivelito de la Liga) a poco más que el conjunto bético haga las cosas con sentido común y de verdad construya un buen equipo las aspiraciones no deben ser otras que luchar por entrar en Europa. Quedar entre los diez primeros qué supone, ¿otra temporada de transición o intentar estar en la pelea por puestos europeos? A priori todo apunta a lo primero, porque la herencia de Macià (una plantilla prácticamente nueva) invita a eso. Aun así, en las manos de Miguel Torrecilla y Gustavo Poyet está que el Betis haga un buen equipo y empiece a ganar, ganar y volver a ganar (Luis Aragones dixit) y competir de verdad. Luego, ya se verá.
De momento, los discursos de Torrecilla y Poyet son correctos, adecuados y al bético le transmite buenas sensaciones, pero como dijo el técnico uruguayo en su presentación es el momento de los hechos y no de las palabras. No le falta razón, ya sabemos cómo empezó todo con Eduardo Macià y dónde está éste a día de hoy y lo retratados que más de uno ha quedado por defender lo indefendible. Y me refiero a ese entorno, ahora denominado segunda fila que de una manera u otra intenta influir en las decisiones del club. Esto sigue presente, pero no merece la pena seguir perdiendo ni un segundo más en hablar de eso. Es cuestión de que Torrecilla y Poyet se aíslen y trabajen codo con codo para hacer una buena plantilla y un buen equipo. "¡Un Betis grande, queremos un Betis grande!", cantó el Villamarín. A ver si enteran los que mandan de una vez.
En cuanto al partido ante el Getafe hay cosas que a mi entender sobraron. Cada uno es libre de expresar su alegría como quiera, pero bajo mi punto de vista sobraron los olés, hacer la ola y el cántico de "¡A Segunda, eo!". Sobre todo, porque el Getafe ha estado 12 años seguidos en Primera, cosa que el Betis nunca, el Betis lleva dos descenso en siete años y ya sabe el bético cómo el Karma se la devuelve a su equipo tarde o temprano (hay que conocer el manual del que siente en verde y blanco). 
Por último, y en cuanto al comportamiento de Dani Ceballos, entiendo en parte las críticas a su comportamiento, pero tampoco es para cogerlo ahora como cabeza de turco, cuando hay futbolistas en esta Liga que se dedican a hacer tonterías con la pelota cuando su equipo va goleando al rival, por poner un ejemplo. Lo que pasa en el campo se queda en el campo, y el utrerano debe aprender, pero tampoco cargar de crítica al que más veneno tiene en la plantilla bética.
 

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