Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros con fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada (recopilan datos sobre tus gustos y perfil).

Si continúas navegando por el sitio, estás aceptando su uso.

Puedes rechazar la utilización de cookies u obtener más información al respecto en nuestra Política de Cookies

A través de cualquiera de las páginas webs del Grupo tiene la opción de personalizar las cookies tal y como desee.

Es Noticia

Estímulos competitivos

Daniel Marín


Parece que fue ayer. Y ya ha pasado casi una temporada. Otra. Cada año esprintan más los cursos futbolísticos, voraces, sin tregua ni piedad para el camarón que se duerme. Poco o nada que ver con aquellos cursos escolares que marchaban a la velocidad de un poni mientras construíamos barquitos de papel en los que irnos de vacaciones en verano. Diez jornadas quedan para echar el telón de otra Liga y correr el de otra Eurocopa o el de otros Juegos Olímpicos. Y el Málaga sigue ahí, meditabundo en el rellano de la tabla. Como dudando si subir al ático o bajar al bajo, si me permiten el pleonasmo.
La jornada 28 se cierra con un empate ambiguo en Riazor. Un empate que mantiene la diferencia con Europa, que aumenta la brecha con el descenso y que permite que el Betis nos adelante. Liga desagradecida ésta, de la igualdad la llaman, que te impulsa con dos triunfitos y te señala inquisitivamente con dos tropiezos. El Málaga ha sumado tres puntos de los últimos quince (de los cuales al menos cuatro fueron escamoteados por los ‘inasistentes’), y se ha quedado ahí, entre Pinto y Valdemoro.
Decía el otro día el Chory en una entrevista que es en las últimas cinco ‘fechas’ cuando se ve si un equipo está para algo o no. Quizás ya sea tarde para entonces. Lo que pedimos, aparte de que no se nos lesione nadie más y de que no nos perjudiquen (ni nos beneficien) los árbitros, son estímulos competitivos, objetivos que pelear hasta el final y que nos hagan disfrutar del fútbol, que es lo que nos gusta. Ganar está muy bien, sobre todo cuando sirve para algo más. El primero de los retos es sumar esos 42 puntos que reconfortan más que llegar a casa y quitarte los zapatos. Y después lo que venga, pero que venga algo. Lo contrario sería pasar el foco a otros aspectos que dan más pereza como las renovaciones, los traspasos, los cambios estructurales, los juicios…
Lo injusto, eso sí, sería restarle el valor que merecería a la permanencia. Llegue como llegue, a varias jornadas para el final o poniendo a nuestro corazón a prueba, esta temporada apresurada ha sido la clásica por la que cualquier otro equipo se hubiera despeñado. Pero este Málaga no, tocó fondo en la jornada 12 y cogió impulso para sobreponerse embrutecido a cualquier empujón. Y ahí está ahora, buscando definirse, y esperando activamente a que pasen cosas antes de que lo que pase sea otra Liga.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar