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Es Noticia

Cada verano, una movida distinta

El día del fichaje de Caio se le falto al respeto a Rufete.
Eduardo Esteve

En el Valencia se trata de dar apariencia de calma, de normalidad. Pero todos sabemos que no es así. Y muchos, aunque no lo parezca, estamos cansados de vivir veranos moviditos en los que se habla de todo menos de fútbol y fichajes. Porque el pasado año fue el proceso de venta y éste la mala relación Nuno-Rufete.

Aquellos que quieren atacar a los periodistas lo tienen fácil. Muchos piensan que somos nosotros los que generamos las polémicas porque "nos va la marcha". Nada más lejos de la realidad. No somos nosotros los que generamos las noticias sino que las contamos. Mejor o peor, con más pasión o menos, con mas o menos acierto.
Y estoy casando de las batallas, de ese periodismo de cavar trincheras donde se trata de defender a una de las dos partes por encima de la otra. No somos culpables de la división Nuno-Rufete pero de la de la afición, tomando partido por uno de los dos, sea el que sea, si podemos llega a ser responsables. Deberíamos limitarnos a contar las cosas que suceden y tratar de entender y escuchar los argumentos de las dos partes para trasladar una visión más amplia y objetiva de la situación. Y eso muchas veces no sucede. Cada uno sabrá el porqué y a qué intereses, si hay alguno, responden.
La realidad es que el Manager general deportivo y el entrenador andan a la gresca. En el fútbol, decir la verdad genera más enemigos que otra cosa. Siempre hay que ser políticamente correcto y tratar de caer en el tópico para no generar incendios. Esto último fue lo que no hizo Rufete el día de la presentación del nuevo entrenador. En un alarde de sinceridad reconoció que si el VCF no hubiera estado inmerso en un proceso de venta su entrenador hubiese sido Pizzi. Que el director deportivo reconozca el día de tu presentación que no eres su entrenador no le agrada a nadie. Y Nuno, creo, jamás se lo perdonará.
Nuno es amigo de Mendes y este es amigo y socio de Lim, que no hay que olvidar es el dueño y quien tiene la ultima palabra en todas las decisiones que afecten a su propiedad. A su vez lo es también del propio Lim. De quien no lo es, no hay duda, es de Rufete. Esto no es discutible.
Lo que sí es, como me decía mi amiga Lourdes esta semana, es la intención de cada uno. Mientras Mendes busca un buen escaparate para sus futbolistas, Rufete trata de hacer inversiones pensando no solo en el presente sino también en el futuro y con la intención de hacer un equipo competitivo. El primero, Mendes, tiene el dinero y los futbolistas, el segundo, Rufete, el trabajo. Y si decide el entrenador, siempre hará caso antes el primero que al segundo aunque luego, tal y como ha sucedido este año, no se case con nadie a la hora de ponerlos a jugar en el césped.
En todas las relaciones que yo conozco entrenador-director deportivo siempre hay fricciones donde cada uno tira hacia su lado. Normalmente acaba en consenso. Pero otras veces hay que romper la cuerda por uno de los dos lados, El ejemplo más claro lo vivimos en Valencia con Rafa-Suso del que quedó grabada para la posteridad la frase "he pedido un sofá y me han traído una lampara". Aquella relación acabó con el segundo destituido después de más de una declaración pública altisonante. Y con Cannobio conocido dentro del propio vestuario como la "lámpara".
El día del fichaje de Caio se le falto al respeto a Rufete. Mientras avanzaba en la contratación de Imbula, la otra parte fichaba a un joven brasileño por más de doce millones de euros. Nada que no hubiese sucedido ya cuando se decidió pagar los quince por Cancelo. Y mientras en el VCF seguimos con guerras y cavando trincheras, otros van haciendo camino y reforzando sus plantillas para la próxima temporada. Aquí perdemos el tiempo defendiendo a unos u otros sin darnos cuenta que lo que hay que defender es al Valencia CF por encima de cualquiera de estos nombres.  Porque además esta convivencia no va a ser fácil. No le veo solución a corto plazo salvo que Rufete acepte su papel secundario y se olvide del título de "Manager General Deportivo". Porque esas funciones las quiere desempeñar el entrenador, que es amigo del representante y que es amigo del dueño. Y "salvo" que Lim decida otra cosa veo casi imposible que le devuelva el poder de decidir sin el consentimiento de los otros. Y tampoco veo por la labor a Nuno de buscar el consenso con aquel que en su primer día reconocía "que no era su entrenador".
Eduardo Esteve
Jefe de Deportes de Onda Cero Valencia

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