La estrategia tapa las carencias
Desde hace años se venía reclamando que el Real Valladolid fuera efectivo a balón parado. Meses más tarde del inicio de temporada, se puede decir que el conjunto de Luis César Sampedro ha encontrado un punto fuerte en ese aspecto, pero sin embargo, solo tapa otra serie de carencias de las que adolece partido tras partido.
En Gijón se volvió a repetir el guion de los encuentros anteriores: gol encajado al poco de comenzar, concesiones con regalos en defensa, y las jugadas de estrategia como colofón para apagar el fuego. Borja Fernández tuvo dos ocasiones claras en un córner, pero fue Luismi Sánchez quien acertó a batir a un fantástico Diego Mariño para rescatar un punto en uno de los campos más complicados de la categoría y volver a demostrar que, ante la falta de goles en jugada, bien vale la estrategia para tapar otras carencias que urge solucionar.