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Maciá y Ollero: Dos platos y postre

Alejandro Rodríguez

Eduardo Maciá y Juan Carlos Ollero. Juan Carlos Ollero y Eduardo Maciá. Los dos juntos, codo con codo, en ocasiones, hasta literal. En la misma mesa. Ante los medios. Sintonía. Guiños. Hablan el mismo idioma. Persiguen el mismo objetivo. El discurso convence y huele bien para el Betis. Es evidente, es sólo una primera sensación, casi un prejuicio, pero para eso estamos. Hay que mojarse, señores. Y si la realidad nos demuestra lo contrario en el futuro, se dice y punto. Sin tragedias.

Maciá me pareció un hombre preparado, amante de su trabajo, apasionado. Su presentación no fue una rueda de prensa al uso, al menos yo no la sentí de esa manera. Y les puedo asegurar que he ido a más de cinco presentaciones en mi vida. Aquello fue una 'master class', una conferencia sobre dirección deportiva. Maciá no cuenta su rollo, te convence. Y te convence porque está convencido. Y está convencido porque está preparado. Lo vive y lo transmite.
Maciá y Ollero es una buena foto para el Betis. Les puede ir bien o mal, pero hay más opciones de que les vaya bien. Son personas sensatas. Hay cordura en el discurso. No es un mago con una chistera. Es un profesional con trayectoria y seguro de sí mismo. Nada mejor para el Betis que un tipo que quiere hacer un cambio poco a poco. Las fórmulas mágicas ya funcionaron en Heliópolis. Pero el beticismo anda ya cansado del pan para hoy y hambre para mañana. Con Ollero y Maciá no sé si alguna vez podrán saborear el caviar en la grada del Villamarín, pero siempre tendrán dos platos para comer y postre.
Sigo pensando que cuatro años es mucho tiempo para un director deportivo, y mucho más en la inestabilidad jurídica en la que está instalado el Betis. Que perdure la foto, ya no depende ni siquiera del propio Betis, sino de unos señores con toga. Que haya suerte.
 

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