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El Betis hace malabares sobre un alambre sin red

Alejandro Rodríguez

El presunto amaño que señala a Jordi Figueras y Amaya ha caído como una bomba en la planta noble de Heliópolis. ¿Cómo se reacciona ante una noticia de este calibre en plena lucha por el ascenso? Es la pregunta del millón y hay que verse en esta tesitura para poder responderla. El Betis se debate entre la prudencia que dicta el cerebro y la indignación que agita al corazón. El asunto no huele bien, eso está claro. Todos los indicios apuntan a que algo sucedió, pero claro, hasta dónde y a cuántos jugadores afectan nadie lo sabe de momento.

La primera reacción en la directiva verdiblanca nada más conocer la noticia fue de sorpresa, y después incredulidad. Nadie encuentra una explicación de que algo así haya podido suceder tras una temporada tan nefasta y cruzan los dedos para que finalmente quede en nada. Pero claro, nadie está dispuesto a poner la mano en el fuego. La Liga de Fútbol Profesional asegura que tiene pruebas serias de que algo sucedió y el Betis no puede lanzarse a la piscina en defensa de sus futbolistas. Confía en ellos, claro, pero sin exponerse más de lo debido.
El comunicado fue justo. Prudente, pero contundente. Se apoya a la plantilla, pero en el club nadie tiene una venda. Confían, suspiran y desean que nada haya sucedido y que con el tiempo todo sea una pesadilla. Mientras tanto, hay caminar sobre un alambre sin red, apoyando a la plantilla, mostrando su confianza y uniendo todos las fuerzas para lograr el ascenso.
Más de uno ha echado en falta una reacción del club más contundente, sin embargo no queda otra que, por un lado, respetar la presunción de inocencia, y por el otro ser inteligentes y manejar los tiempos, pues tiene que ser este vestuario el que logre el ascenso. El club no puede trasladar duda alguna que pueda provocar una ruptura con la plantilla. Todos a una hasta junio y, después, lo que tenga que ser será. Si hay algo claro, conociendo a Juan Carlos Ollero, es que llegado el momento no le va a temblar el pulso a la hora de tomar la decisión que sea necesaria. Caiga quien caiga. Mientras tanto, toca hacer equilibrismos.

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