"¡Calero no lo toques...!"

Ante todo, mi máximo respeto a un gran profesional como Tomás Calero, que siempre ha ayudado a quienes hemos pedido ayuda y conocimiento sobre la situación médica de los futbolistas del Betis. Porque estas líneas aparecen tras un cántico escuchado el pasado domingo en el Benito Villamarín. Con mofa o sin broma, de mal gusto para muchos. Sobre todo para el propio doctor, que no se merece pasar este trance en sus últimos meses en el Betis.

Tras una lesión de Zou Feddal, el doctor, como hace cada vez que el árbitro da su permiso, saltó al césped para ver qué le pasaba al central marroquí: los típicos calambres del esfuerzo. Pero desde cierto sector del Gol Sur asomaron estos cánticos reprendidos por gran parte del estadio que, según cuentan los creadores, no eran para reírse del doctor Calero.
Sea como fuere, se está montando un terremoto con este "¡Calero no lo toques...!". Muchos jugadores, ex y aficionados defienden en las redes sociales al doctor; otros no entienden cómo puede seguir en el Betis después de tantas lesiones en los últimos años. Que nadie olvide que don Tomás lleva más de 30 años en el Betis, que salvó una vida y también salvó el día a día de muchos jugadores.
Pero si hablamos de salvar, quien pide auxilio otra vez es el Betis. El fútbol sólo te da vida si ganas, juegues como juegues, tengas el 90 por ciento de la posesión... Si no ganas, muerte segura, tarde o temprano. Si no haces goles, da igual el esfuerzo. Al menos yo prefiero ganar a jugar bien y perder, aunque habría que matizar eso de jugar bien. Uno, cuando gana, siempre juega bien. Y el Atlético, a mí, me enamoró el domingo. ¡Vaya manera tan preciosa de defender!
Y volviendo al doctor, los problemas del Betis no están en los servicios médicos. Tendrán sus más y sus menos, pero Calero no es culpable de la lesión de Guardado o de la de Sanabria. Y Calero ya estuvo en el Betis de los éxitos. Aquel Betis de Lorenzo Serra Ferrer y de Manuel Ruiz de Lopera, que sí recibía con mofa varios cánticos en su última etapa en el palco. Por cierto, el otro día también se pudo escuchar "Haro salta al campo y mete un gol...". Otros tiempos que siempre vuelven, de una forma u otra.