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Que el bético ponga el adjetivo

Gabriel Galán

Tienen que hablar los béticos, los de verdad. Los que ni se dejan engañar ni soplan las velas cuando no hay fiestas que celebrar. Los béticos que sufren, los béticos que llevan muchos años con la moral por los suelos, con el único sueño de que alguna vez, aunque sólo sea una, su equipo les haga feliz. Tras el desastre en Granada, son esos béticos los que deben poner adjetivo a la imagen del Betis. El sentimiento real, el de toda la vida, el que ha mamado beticismo desde la cuna y únicamente quiere ver ganar a su equipo.

Seguro que hay muchos béticos así, en Sevilla, Andalucía, España o en el extranjero. La suerte que tiene el Betis es su gente, que siempre estará ahí, aunque estén cansados no ya de tanto conformismo, sino de pasar vergüenza varias veces al año. Y no sólo por mirar a la acera de enfrente y observar a uno de los mejores clubes del momento. Aquel tiempo de compararse al vecino ya pasó, ahora es otra historia. Y hasta que el Betis, y algunos (o muchos) béticos, no se den cuenta la solución a este problemón es imposible.
Y el Betis no es o Haro y Catalán o Lopera. Si hubiera otra Junta en pocos días, Ahora Betis Ahora sacaría muchos más apoyos. Si es una pena o no, que lo digan los béticos. Hasta que no haya un persona (bética por supuesto) que no se deje influenciar por nadie, por el entorno, por los mentirosos y por los engañadores, que entienda de fútbol y se deje de tonterías, apuesta por el fútbol de verdad y convenza a los dirigentes (que no tienen por qué ser otros diferentes a Haro y Catalán, que conste en acta), el Betis no encontrará el rumbo.
Pero un bético de verdad, y en ese de verdad no vale sólo con sentir los colores. Que no quiera engañar y sacar provecho, al que se le escuche, que escuche a los béticos y permita hacer un equipo bueno y bonito. Lógicamente no tiene que ser el director deportivo, ni entrenador, ni presidente... No hace falta. En esos puestos ya se encargaría de poner a los mejores que puedan estar en el Betis. Y parece que los actuales no son los mejores. No son mis palabras, son los hechos.
El Betis tiene cada año la oportunidad de crecer y no lo hace. El Betis tiene cada año la oportunidad de ilusionar y tampoco lo hace. Lo único que hace es hundir la moral de su gente, la de los béticos, los que no lloraron por lo sucedido en Granada porque ya apenas le quedan lágrimas. Lo que pasó en la noche del viernes a las puertas de La Alhambra no se olvidará jamás. Ni ganando el derbi. Y ojo, que los béticos, los de verdad, los que han mamado beticismo desde chicos y sufren, ya no pasan una. Ya saben, quien quiera, si es bético, que ponga un adjetivo a lo que hay. Lo que es el Betis actual.

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