El del domingo no es un partido más

Más que nada por superstición, en las últimas semanas he dejado sin tirar mi "libre y directo" de @eldesmarque_zgz. Las derrotas contra el Girona y el Elche me supusieron un bajón zaragocista, no de fe pero sí de motivos, para seguir creyendo en el ascenso. Vamos, que no me apetecía hablar de penas y aposté por un retiro que, después de dar dos vueltas al asunto, me he dado cuenta que no tiene sentido. El Real Zaragoza, además, ha aprovechado mi ausencia para ganar dos partidos seguidos -Mallorca y Valladolid-, que le han catapultado a las puertas de la zona más noble de la clasificación.

Decía el eterno Luis Aragonés que las temporadas se deciden en los diez últimos partidos. No le faltaba razón. Por razones obvias -las carreras se ganan en la recta de meta-, pero también por intangibles que en el mundo del fútbol son más difíciles todavía de explicar. Sea como sea, el Real Zaragoza ha entrado con buen pie en la hora de la verdad, ha ganado los dos primeros de esos diez partidos, y tiene a la vuelta de la esquina la primera de las ocho finales que restan por disputar.
El partido con el Alcorcón no es un partido más. Ni mucho menos. La clasificación de Segunda se va a romper, entre otras cosas porque no van a ser doce los equipos que luchen hasta el final por el ascenso, y el equipo de Lluís Carreras tiene que situarse con los mejores. Ganar el domingo al calor de La Romareda es obligatorio para seguir aspirando al ascenso directo y, de paso, abrir brecha con el séptimo clasificado. Más allá del calendario, benévolo o no, encadenar ahora un buen número de victorias es sinónimo de éxito y el Real Zaragoza tiene que ganar la final del domingo.
Las calculadoras hace ya semanas que echan humo, todos sabemos que el ascenso directo costará 71 puntos, uno arriba o uno abajo, así que vuelvo a acordarme de Luis Aragonés y aquello de 'ganar, ganar y ganar, y volver a ganar...'. Eso es lo que tiene que hacer el Real Zaragoza, primero para asegurarse el play off y segundo para pelear por el ascenso directo. Y yo no me lo voy a perder.