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El general perdió los galones

David Torres

Estar en las cuevas de Altamira y no pensar en los orígenes es tarea imposible. Darte cuenta que hace 32.000 años el hombre ya era capaz de expresarse artísticamente con esa belleza y que tenía una necesidad imperiosa de comunicarse te hace sentir pequeño, pero te permite comprender muchas cosas.

Recordar de dónde venimos es trascendental para entender el presente y es un ejercicio muy saludable y necesario para no volver a caer en los errores del pasado y repetir los aciertos. 
Es como cuando ves a Gayà vestir el 14 a la espalda que lució orgulloso Vicente en el mejor Valencia de la historia. Entiendes muchas cosas.
Como las entiendes cuando lees que Otamendi le había pedido a Nuno no jugar la Champions League: “Me juego mucha plata míster”. La petición olía a rancio, desesperación, y a situación ya vivida. A pataleta de niño mimado si me apuran. ¿Se imaginan si un médico se negara un día a operar o un abogado a ir a defender a su representado?
No es demagogia. Es la realidad. La triste realidad. Pronto ha olvidado Otamendi lo que el Valencia hizo por él, rescatándolo a base de millones de su ostracismo brasileñoportugués. Y pronto ha olvidado también el argentino lo que Nuno hizo por su futuro, protegiéndole, defendiéndole, tapándole y dándole minutos hasta convertirlo en uno de los mejores del mundo en su puesto. Espero que el técnico, curtido en mil batallas como jugador, pero bisoño como técnico, haya aprendido de la traición de Otamendi. Porque éste le ha dejado tirado (a él pero sobre todo al Valencia) a las puertas de su primera gran reválida.   
Por desgracia para Otamendi, después de su petición indecentetodo se aceleró y el jugador se marcha ya, pero su adiós no puede evitar que haya quedado en evidencia. Y, sinceramente, me indigna encontrarme todavía con personas cuya integridad es más que cuestionable.  
Ahora bien, por muy indignado que esté al comprobar que la historia se repite, he de decirles que no me sorprende. Esperaba que esta situación finalmente llegara, y creo que el Valencia también. Seguro que club y entrenador estaban apenados al perder al que fue uno de los mejores centrales del mundo el año pasado... hasta que se les puso a tiro Mangala. Y aquí hay que ser fríos. Es verdad que la cláusula era 50 kilos, pero 40 y la cesión del central francés es una grandísima operación. Seguro que a Peter Lim, Layhoon y compañía no les ha gustado que les chuleen y menos cuando están en las vísperas de disfrutar su primer gran partido como propietarios del Valencia. Y seguro también que, con 40 kilos en el bolso, el amigo Jorge Mendes, tiene en cartera varios futbolistas además de Mangala para cubrir los huecos que quedan. Porque, pasaba en la prehistoria y pasa ahora, a rey muerto, rey puesto. Feliz semana.
David Torres
Delegado El Desmarque Valencia   
 

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