La crisis de la croqueta

La croqueta es probablemente la receta que más controversia genera en millones de familias, que luchan por poder contar que su abuela es la que hace las mejores croquetas del mundo.
Y es que salvo algunas excepciones, las abuelas siempre hacen las croquetas mejor que las madres y las madres mejor que los hijos. Es por ello que en la actualidad exista una preocupación generalizada ante la posible extinción de la croqueta. Nuestras abuelas irán dejándonos y nuestras madres también. ¿Qué haremos nosotros si no podemos hacer una croqueta como ellas hacían?
El problema de la extinción de la croqueta se está convirtiendo en un dilema para los grandes estudiosos de la materia. ¿Hay que luchar para que los gobiernos del mundo protejan a la croqueta?
La desaparición de las croquetas provocaría una crisis de la que difícilmente podamos salir, teniendo en cuenta que quizás sea el único alimento no cancerígeno del mundo moderno.
Los más optimistas rechazan esta posibilidad con la llamada EMC (edad de madurez croquetil). Según esta teoría, las personas alcanzan la “mayoría de edad” croquetil y pueden cocinar las mejores croquetas del mundo. Se estima que esta edad ronda los 63 años y es variable dependiendo del relleno de las croquetas. “No es lo mismo una croqueta de verduras que de pollo para alcanzar la EMC”, cuenta un experto defensor de esta teoría.
Pase lo que pase, debemos permanecer en alerta y no dejar que la croqueta se extinga sin que podamos decir que se pudo hacer algo más.
Voy a pedir otra cerveza con una tapita de croquetas que no sabemos hasta cuando podremos disfrutar de ellas…