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Athletic: ¿Preparación física o estado de ánimo?

Roberto Barrón, especialista en preparación física
Roberto Barrón

Las jornadas siguen pasando y el esperado triunfo del Athletic Club sigue sin llegar, sumiéndonos cada vez más en una crisis que ya es histórica. De las sensaciones de un proyecto ilusionante en fase de gestación de las primeras jornadas, hemos pasado a un estado de alarma por la decepcionante imagen del equipo y la sensación de deriva en las últimas fechas.

Esta situación hace que los “parroquianos” empecemos a cuestionarnos seriamente, que es lo que está pasando para que un equipo que nos ha acostumbrado los últimos años a estar en los puestos nobles de la clasificación, regalándonos un título y haciéndonos soñar con otros, tanto nacionales como internacionales, empiece a coquetear peligrosamente con los puestos de descenso, tras el aviso de la pasada temporada que al parecer no sirvió para hacer la lectura adecuada.

Los jugadores del Athletic tocados tras encajar un gol en el Wanda Metropolitano

Las respuestas que se plantean para esclarecer este enigma son de todo tipo, y seguramente la verdad estará a caballo entre muchas de ellas. Pero me voy a centrar en una de las más recurrentes cuando los resultados no son los esperados, sin entrar en el apartado técnico-táctico; y es que los jugadores están físicamente mal porque el proceso estratégico de organización de las cargas de entrenamiento no ha sido el óptimo.

Sin entrar a valorar de manera objetiva las prestaciones físicas propuestas hasta ahora por el plantel, la realidad es que el rendimiento deportivo no depende exclusivamente del estado físico del futbolista, por lo que no parece justo “apuntar” en esa dirección como principal culpable de una temporada poco esperanzadora.

Si analizamos las necesidades de un futbolista de élite, sin tener en cuenta el estilo de juego y del sistema del equipo, que juegan un papel determinante en las demandas de los jugadores de forma individual; nos encontramos que las distancias recorridas a diferentes intensidades son de 10 a 13 km por partido siendo los centrocampistas los que mayores distancias cubren, mientras los centrales son los que menos junto con los porteros, siendo aproximadamente el 80-90% de la distancia recorrida a intensidades medias y bajas.

Iker Muniain pensativo durante un entrenamiento en Lezama

Mientras que el restante 10%-20% son para actividades de alta intensidad (alrededor de 150 a 250 acciones de corta duración, como carreras lineales, cambios de dirección, saltos, aterrizajes, giros, desaceleraciones, luchas, etc...).

En cuanto a las exigencias aeróbicas que son expresadas en Consumo de Oxigeno Máximo oscilan entre 50 a 75 ml/kg/min (cualquier deportista profesional tiene estos niveles), y la frecuencia cardiaca media registrada durante un partido oscila entre 165 y 175 ppm siendo el pico máximo de 187 ±9 ppm (variará según el nivel de activación de los jugadores o según el desarrollo del partido).

A este Athletic no le hace falta mejorar la preparación física, le falta recuperar el alma y la identidad

Varios estudios han identificado que la capacidad de los jugadores para realizar actividades de alta intensidad se ve reducida hacia el final del partido, siendo inferiores las distancias recorridas, así como las carreras y acciones de alta intensidad con respecto a la primera mitad, por lo que no es raro que el equipo y en concreto algunos jugadores que seguramente tengamos en mente, vean disminuidas sus prestaciones las segundas partes.

Por lo tanto, no parece que la comparación de las necesidades exigidas, disten mucho de las que están presentando los jugadores actualmente.

Iñaki Williams inicia su fulminante arrancada en un amistoso jugado en Lasesarre.

Lo que debemos tener claro, es que cualquier futbolista de élite en la actualidad, y por supuesto eso incluye a todos los que están en la plantilla del Athletic, tienen la capacidad física para cubrir las necesidades que un partido, que el máximo nivel deportivo exige, al menos durante el periodo competitivo, aunque no sean capaces de mostrarlo durante los partidos por diversos factores que nada tienen que ver con la aptitud física.

Creo interesante añadir, que cualquier cuerpo técnico con experiencia en primera división, está más que sobradamente cualificado para llevar a los jugadores a un estado de forma óptimo, para gestionar y cuantificar las cargas de entrenamiento de la manera más adecuada según las necesidades y el contexto, para proponer protocolos regenerativos y de prevención de lesiones adecuados, y todo ello utilizando la tecnología para valorar si los jugadores cumplen con los mínimos para competir al nivel deseado. Por lo que el cuerpo técnico encabezado por Berizzo y por su preparador físico Pablo Fernández no son una excepción de profesionalidad.

Por lo tanto, debemos plantearnos que existen otras variables que pueden influir en el mal rendimiento deportivo y el pobre despliegue físico en el campo, que vemos representado en la pérdida de intensidad, empuje e identidad futbolística que históricamente ha tenido el Athletic.

La plantilla de Eduardo Berizzo estira en Lezama

Al discriminar como potencial problema la preparación física de los jugadores, debemos pasar a tener en cuenta otros factores, entre los que se encuentra el estado anímico y emocional del equipo, que tras una temporada pasada de “transición” y los continuos “golpes” de la presente, no debe estar pasando por su mejor momento.

A veces se nos olvida que un equipo, no solo se trata de once jugadores corriendo detrás de un balón, sino que también de un grupo humano, que debe mantener un equilibrio emocional a pesar de los factores tanto externos como internos que pueden influir en su preparación y en el juego mismo; como pueden ser los resultados, problemas personales y familiares, la presión, mala relación entre miembros del plantel, pocos minutos disputados, problemas con las renovaciones, etc...

Y es que presuponiendo los niveles condicionales de base que hemos mencionado anteriormente por parte de los futbolistas, grandes entrenadores referentes de este deporte y preparadores físicos del más alto nivel, siempre han defendido que les importa “poco” la preparación física, no por el hecho de que no crean en ella o porque no les resulte importante (que por supuesto lo es), sino por ensalzar el valor mental que tiene el conseguir una acción que cambie una tendencia negativa, desde lo más básico como el gol, como por realizar un gran partido contra un rival de entidad, como por el simple hecho de recuperar sensaciones, o como por ganar cuando las exigencias de la clasificación no te permiten fallar.

Celebracion de un gol en San Mamés por parte de Iker Muniain

Acciones que pueden hacer que todas aquellas fuerzas, falta de intensidad, tomas de decisiones erróneas e ideas que te faltaban, mejoren de repente cambiando totalmente la dinámica del equipo.

A este Athletic no le hace falta mejorar la preparación física, le falta recuperar el alma y la identidad. Necesita recobrar un estado anímico que les permita llegar a lograr un correcto control atencional, a una activación óptima, a una percepción de eficacia personal y autoconfianza máxima de todo el grupo. Solo esto hará que se vea aumentada la capacidad física y el buen juego, con la única consecuencia inevitable de la consecución de las tan necesarias victorias.

Por lo tanto, la pregunta que nos podemos ir planteando es, cómo se puede revertir esta situación y lograr el cambio. Las respuestas parecen pocas e históricamente recurrentes en todos los clubes que atraviesan situaciones similares, reduciéndose a cambiar al que está al mando si no es capaz de liderar el proyecto y de sacar al equipo de ese estado de depresión continuada y mal juego, a intentar traer jugadores en el mercado de invierno que le puedan dar un aire nuevo a la plantilla, o a esperar que el equipo encadene dos victorias seguidas y recupere sensaciones, confiando en el trabajo que se está realizando.

Eduardo Berizzo da instrucciones a sus jugadores ante el MSV Duisburg (Foto: Athletic Club).

Yo tengo clara cuál es mi opción, dejo a cada uno de vosotros elegir la que crea más oportuna. Únicamente espero que se produzca pronto la reacción esperada por todos. ¡Aúpa Athletic!

Por Roberto Barrón Revilla

@robertobarronpt 

Entrenador Personal Gimnasio UP Bilbao. Docente y Tutor del Centro de Formación Deportiva Alto Rendimiento, SEFD. Técnico Superior en Animación de Actividades Físico Deportivas (IES, Dolores Ibarruri). Maestro en Educación Física (UPV/EHU). Máster en Actividad Física y Salud (ULE, Universidad de León). Cursando Máster en Mecánica del Ejercicio (Resistance Institute, Barcelona). Experto U. en Prevención y Readaptación Físico-Deportiva (Universidad Isabel I). EXOS Performance Specialist (EXOS™ Human Performance, USA). MAT JumpStart (Greg Roskopf's Muscle Activation Techniques™). Entrenador Personal (Europe Active, EQF-4 / Registro EREPs nº: 27794).

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  1. Jose Antonio Cambronero Garcia

    ‌Muy buen análisis.Estoy totalmente de acuerdo con Roberto.