Cara y cruz del Athletic

El Athletic Club ha acostumbrado a su afición a sonreír cada quince días. Todo seguidor rojiblanco sabe que dos lunes al mes podrá hacer el "hamaiketako" sin atragantarse al abrir el periódico. Los más previsores pueden incluso confeccionar con antelación un calendario de estados de ánimo: si los leones juegan en casa, empezarán la semana de buen humor. Si el compromiso es a domicilio, mejor vayan planificando como reinventarse para pasar la resaca futbolera.

Esta premisa no sirve, por supuesto, para los más exigentes. ¿Cuántos de ustedes durmieron mejor la noche del Pizjuán que tras la victoria ante el Málaga?   El caso es que este Athletic tiene dos caras. Una la de San Mamés, donde juegue bien o mal, puntuar está garantizado. Y la otra, la del jet lag de los viajes; esa que sólo le ha permitido sumar ocho puntos en lo que va de Liga. Cierto es que en las plazas más complicadas, los rojiblancos avivan la llama de la esperanza hasta el punto de soñar con vencer a un candidato al título. Aunque también en esos casos, la película acaba en "continuará..."  Esos reveses no le impiden a Valverde creer que tiene un equipazo, o al menos es lo que manifiesta públicamente el mister. Un equipazo que a falta de acierto, tira de casta y tesón para vencer a un Málaga peleón. Pero también un equipazo que siembra dudas allá donde va. Y nunca mejor dicho. Porque cuando va, vuelve de vacío.   Así es la versión 16.17 del Athletic. Una actualización de cara y cruz.  Por Janire Fragua, periodista de ETB Kirolak 

@janirefragua