La Incógnita en torno de Aritz Aduriz

 En su libro Dios es redondo (Anagrama, 2006), el escritor mexicano Juan Villoro recoge una anécdota del todoterreno, acaso multiusos (por aquello de consultor, comentarista, ex jugador, ex entrenador, empresario), Jorge Valdano cuando era entrenador del Real Madrid y tomó la decisión de quitar a Emilio Butragueño para cambiarle por un entonces jovencísimo Raúl González.

 Consentido de la afición blanca, el Buitre era acaso un intocable de la alineación merengue. Valdano explicó oportunamente su decisión: “¿Quién era un tal Raúl, por ejemplo, para quitarle a Butragueño la camiseta del Madrid, los titulares de los periódicos y un lugar en el corazón de la gente? Fácil, Raúl era el tiempo, que volvía a ganar a su manera”.  Retomo esta anécdota por un asunto insoslayable, inmodificable: el tiempo.  El episodio blanco vale para plantear una pregunta en torno de una figura rojiblanca: el delantero Aritz Aduriz, el que hizo un gol de cabeza para enmarcar ante el Real Madrid, en San Mamés, en esta Liga modelo 2014-2015. El delantero completo, eficaz, técnico, que hace buenos a sus compañeros en el campo.  ¿Hay vida en el puesto de “9” en el Athletic, más allá de Aduriz?  El interrogante se plantea como una incógnita. Esperan su turno Iñaki Williams, que le pone ganas si bien le falta picardía y algo más de decisión (le agradezco infinitamente su partido de final de Copa del Rey 2015: por el gol y por la actitud). Acaso Gorka Santamaría, del Bilbao Athletic.  ¿Serán ellos quienes “jubilen” a Aduriz en el campo, con honores? ¿Serán ellos quienes ejerzan de tiempo? La respuesta, otra incógnita que sólo este implacable podrá resolver.
 Por Alejandra Herranz. Blogger y periodista  

@aleherranz