Una deuda con Quini
Una de las imágenes más emotivas en la vida de Quini se produjo el 15 de junio de 2008. Se cumplirán 10 años del que ya es el penúltimo ascenso. El de Preciado. Con 'El Brujo' en el palco saludando y llorando por todo el cariño recibido. Pidió el cambio unos meses antes por culpa del cáncer, y estaba regresando cuando El Molinón se acordaba de él en los instantes previos al inicio de la celebración. Atronaba, de nuevo, el “Ahora Quini Ahora”. Meses más tarde, ya en Primera, regresaba al césped. Y un año después volvió a llorar con la permanencia en el bolsillo, pero ya desde el banquillo.
Por eso, desde ya, el Sporting tiene una deuda que saldar. Que lo sepa todo el mundo. Le debemos un ascenso a Quini. Desde ya. Sin paños calientes. Empezando por los jugadores, pasando por Baraja, sin olvidar al Consejo de Administración y a todos los miembros del club, y sin excluir a los aficionados. Quini se merece un ascenso. En realidad, se lo merece todo, pero lo primero es el regreso a Primera. Que el palco del cielo le vea levantarse y saludar mientras suena su canción. Y esa deuda hay que empezar a saldarla desde el próximo domingo en Sevilla. Ya hay un motivo más para ganar.
Todos tenemos en la mente el partido de la Cultural. Lo primero es Sevilla, y ganar los tres puntos, pero todos asumimos que el domingo siguiente en el Estadio de El Molinón Enrique Castro Quini empieza el homenaje a 'El Brujo'. No sé los actos que se están preparando, ni las pancartas que adornarán las gradas. Lo que sí me imagino, y espero, es un lleno de época. Porque Quini lo merece. Y un minuto de silencio que se escuche en el mundo entero. A partir de ahí, cada gol tendrá una dedicatoria especial. Cada victoria llevará un recuerdo dirigido al mejor 9 de la historia del fútbol español. Llega el momento de dar un paso adelante porque ahora el ascenso supone una deuda que nunca imaginamos. Y el Sporting tiene que ser un club de palabra. Por 'El Brujo'. Por Quini.
PD: El comportamiento del Real Oviedo y sus aficionados con Quini y con el Sporting ha sido espectacular desde el momento de conocer la fatal noticia del fallecimiento hasta un minuto de silencio ejemplar en el Carlos Tartiere. De esos gestos que deben formar parte del fútbol. Una manera de actuar señorial. Chapeau.