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Es Noticia

Un conocido llamado Paco Herrera

Ricardo Rosety

Paco Herrera ya ejerce de entrenador del Sporting. No es una opción cualquiera. Cumple en el perfil de técnico que conoce la categoría. Sabe lo que significa luchar por el ascenso y conseguirlo, pero también fracasar en el intento. Y, aunque conoce el Sporting, el paso del tiempo le obliga a reconocer la ciudad, el club y un entorno modificado por los años. Miguel Torrecilla ha apostado sobre seguro con él. Eso no significa que el resultado vaya a ser positivo al 100%, sino que se trata de una opción donde ambos se conocen en los buenos y en los malos momentos, que es al fin y al cabo donde se conoce a las personas.

 
Esos dos fichajes, el de Miguel Torrecilla y Paco Herrera, son la base del Sporting. Es difícil conseguir ilusionar a alguien cuando uno afronta un regreso a Primera División después de una temporada lamentable y donde la permanencia era un regalo que nadie en el club supo aprovechar. Sin embargo, estos dos nombres han logrado iluminar más que ensombrecer el futuro más inmediato del Sporting en su regreso forzado e indeseado a Segunda.
En el peor momento posible de la relación entre la familia Fernández y la afición, y cuando todo hacía pensar en otros cinco meses tirados a la basura en la planificación de una temporada en la Liga 1,2,3, llegó una oportunidad de esas que el mercado regala con un perfil como Miguel Torrecilla. Y con él, el nombre de Paco Herrera. Ahora es el momento de que entre ambos construyan una plantilla con la mente puesta en regresar a la Liga Santander con la dificultad que conlleva una herencia escasa de recursos y hasta obligada en contratos prescindibles.
Dos decisiones no cambian los adjetivos de una gestión en el Sporting. Y más después de ver cómo se tira por la borda la mejor oportunidad para aposentar al equipo y al club en la élite. Paco Herrera lo vio desde su banquillo en Valladolid porque al club gijonés siempre lo ha seguido por cariño. Torrecilla, al margen de alguna buena amistad sportinguista, pudo comprobar en el palco en el partido contra el Betis cómo está la grada con el club. Llegar y, al menos, no convertirse en pasto de las críticas ya parece un milagro. Y eso se lo han ganado con una trayectoria con más luces que sombras y que hasta compartieron con éxito en Vigo.
La opinión sobre la familia Fernández no cambiará en Gijón y en el sportinguismo, pero Miguel Torrecilla y Paco Herrera sí han conseguido un altísimo nivel de aprobación entre los aficionados en el momento de su llegada. Son dos muy buenos fichajes necesarios para un club en busca de una línea de actuación.
 A falta de las primeras decisiones, Herrera desprende ilusión. Marca objetivos claros tanto para la temporada como para la confección de la plantilla. Sabe de la exigencia pero no rehuye de Mareo a pesar de que aparecerán las prisas por ascender. Después llegarán los resultados, dictaminarán si sus fichajes han sido buenos o malos. Pero, de momento, y después de cinco meses sin proyecto y con un futuro preocupante, Torrecilla y Herrera, Miguel y Paco, son dos grandes incorporaciones de gente que quiere cambiarle la cara al Sporting. Hacerlo más reconocible. Al menos con el técnico no se ha escogido a un ‘outsider'.

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