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Es Noticia

Zaragoza en Común y sus bombas de racimo

Chesus Santamaría

Dios me libre de meterme en política a estas alturas de mi trayectoria profesional. Vaya por delante. Pero asisto alucinado a la guerra que ha iniciado Zaragoza en Común –partido que gobierna en la ciudad- contra el Real Zaragoza. Porque ellos la centran en su lucha personal contra Forcén, Yarza, Alierta y compañía, pero no se dan cuenta de que, en realidad, mantienen un litigio pútrido contra el club y su masa social. Es decir, contra aproximadamente, el millón de personas que suman socios, abonados, simpatizantes, aficionados por el mundo y ciudadanos que, siendo más o menos futboleros, sienten al Real Zaragoza como un bien general y un patrimonio local como pueden ser el río Ebro o la Virgen del Pilar.

 
Ni siquiera la conversión a Sociedades Anónimas que se produjo a principios de los años noventa pudo con esa propiedad virtual. Desde entonces, circunstancialmente, en los papeles, el Zaragoza ha sido de los Soláns, de Agapito y ahora de una Fundación que componen una serie de patronos y que acudieron a resucitar a un muerto. Pero además a un muerto muy muerto. Da igual si estos señores que ahora manejan las acciones forman parte de la guerra contra la ‘casta’ o la ‘oligarquía’ que se proclama desde el partido gobernante. Ellos, son ellos y sus fortunas, y el Real Zaragoza fue, es y será siempre el Real Zaragoza.
Me permito advertir a los Rivarés, Santisteve, Híjar y compañía que no es sensato ir en contra del Real Zaragoza y hablar con un tono tan despectivo de la entidad. Quien más quien menos ha ido a La Romareda a disfrutar de su equipo, ha festejado los grandes éxitos que ha conseguido a lo largo de su historia y ha llorado o está sufriendo con sus fracasos más recientes. La gran mayoría de los zaragozanos, sociedad a la que representan estos políticos de nuevo cuño, son el Real Zaragoza.
Quede claro a cualquier político, ya sea de corbata, pendiente en la nariz o banda en la cabeza, que lo inteligente sería aprovechar el tirón que tiene el Real Zaragoza para fomento turístico, beneficio hostelero, llevar el nombre de la ciudad por el mundo, ocio de los ciudadanos, sentimiento patrio, etc… El equipo reúne ahora a más de 15.000 espectadores cada quince días (hito que no es capaz de lograr nadie ni siquiera –como ya ha quedado demostrado- grupos musicales de tirón nacional e internacional) Llenar un día La Romareda es fácil, meter a ese número de gente cada dos semanas sólo lo hace el fútbol. Además, creo que no procede pelearse contra cualquier bien de la ciudad. A mí, no me gusta la música clásica pero me siento orgulloso del Auditorio que se construyó en su día, que costó un pastizal y que es la envidia de muchas ciudades. Y no reúne ni a la mitad de gente que reúne La Romareda. El equipo de asesores del alcalde lo encabeza un tipo que en su día ya contaminó el Real Zaragoza con un Movimiento que sólo restó en un momento muy convulso de la entidad. Espero que, al menos ahora, convenza a sus jefes de que estos ataques contra el club son ataques contra el zaragocismo. Es decir, contra la mayoría de zaragozanos.
La única esperanza de vida que le queda a este activo representativo de la ciudad es que todas las instituciones públicas y privadas se unan para sacar provecho de él. Estas bombas de racimo solo alimentan la llegada de un fondo extranjero que se lucre de su potencial y que acabe por matarlo. El control económico de la Liga y la auditoria del Consejo Superior de Deportes no permiten ya enriquecimientos personales. No tengan miedo por eso.

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