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Es Noticia

El viejo truco de los paraguas

Chesus Santamaría

Resguardarse bajo un paraguas de una gran tormenta es un truco utilizado habitual y tradicionalmente por los malos gestores de cualquier equipo de fútbol. El reto es aguantar lo máximo posible sin que la lluvia te alcance y algún rayo se te lleve por delante. Es más fácil aguantar con paraguas grandes y de calidad, con una permeabilidad consistente y si tienes paragüeros dispuestos a sumarse a la protección. El problema llega cuando la tormenta dura más de lo esperado y tienes que ir desechando paraguas o cuando la lluvia arrecia y no hay paraguas que valga.

 
La gestión deportiva de este Real Zaragoza es un despropósito. Más que hacerse las cosas mal es que se contaminan pronto. Ese elemento contaminante es, además, corrosivo y su efecto impide que las cosas funcionen. El cáncer está detectado y localizado. Ahora toca operar y extirparlo. Curiosamente, es el que más paraguas utiliza para salir seco de la tormenta, aunque en alguna ocasión ya se ha mojado. Primero fue Víctor Muñoz, luego Martín González, recientemente Juliá y, en la actualidad, solo queda Raúl Agné. Es hasta curioso ver cómo se compran sus propios paraguas de usar y tirar.
Les recomiendo que no equivoquen el tiro. Que no caigan en la trampa. Agné les podrá gustar más o menos, pero sólo es uno más. El paraguas de turno. Les propongo el siguiente ejercicio de imaginación: elijan a cualquier entrenador del panorama futbolístico internacional, siéntenlo en el banquillo de este Real Zaragoza y les aseguro que ese elemento contaminante que afecta al club acabará con él en un plazo mínimo de tres meses. Agné se irá como muy tarde en junio. Y, cuando se vaya, volveremos a ver el viejo truco de los paraguas.

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