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Es Noticia

Fracasados

Jorge Oto
La congoja y el hastío llevan demasiado tiempo instalados entre el zaragocismo. Cuatro años consecutivos en Segunda y una década de agonías, angustias y temores destrozan el cuerpo de cualquiera. Y nadie es capaz de poner freno a esto, ni siquiera aquellos que, tras evitar la desaparición del Real Zaragoza, estaban llamados a dirigir su regreso a las alturas. Pero, salvo milagro, no será así este año. Porque, tras 29 jornadas disputadas, el equipo aragonés ocupa la decimocuarta posición, a nueve puntos de la promoción, apenas cinco de ventaja respecto al descenso y, lo que es más hiriente, 23, sí sí 23, menos que el segundo. 

La sonrojante derrota en Córdoba ha disipado cualquier atisbo de esperanza respecto a esa hazaña con la que el zaragocista sueña cada noche. Es inevitable cerrar los ojos e imaginar que el Zaragoza, por fin, empezará a encadenar victorias que le auparán en la tabla y le situarán en la lucha por volver a ganarse el cielo. Porque el zaragocista está en su derecho de soñar con lo imposible. Faltaría más. Aunque es consciente de que, en esta ocasión, ese sueño también parece condenado al fracaso. Como su equipo. Como su club. Como todos.
Porque nadie se salva de este despropósito. El consejero del área deportiva, la dirección general, la drección deportiva anterior, cuerpos técnicos varios, futbolistas y quizá también el aficionado de a pie, que se ha dejado envolver, llevado por ese lógico hartazgo, por una resignación impropia de un club grande. La Romareda sigue soportando lo insoportable y asumiendo lo inasumible, presa de una sempiterna desazón que puede con todo y con todos.
José Enrique dejó claro tras el último sofocón en Córdoba que el Zaragoza luchará por no descender. Tremendo. Hasta el sábado, la plantilla aún creía. O algunos de sus componentes. Porque en el vestuario no hay una opinión consensuada acerca de para qué está hecho el Zaragoza. Unos sostienen que esto es lo que hay y que no existen demasiados argumentos para optar a nada. Otros defienden que hay más plantilla que presupuesto. El caso es que tanto unos como otros han fracasado. Los optimistas y los que no. Los que pasan por realistas y los otros. A 23 puntos del segundo y a 30 del primero cuando se han jugado 87. El Zaragoza ya ha fracasado. Ahora, salvo improbable milagro, solo queda luchar por sobrevivir y evitar la muerte.

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