No pretendo ser ventajista ni desleal. Considero que el Athletic Club mereció mejor suerte en Mestalla. Nunca he percibido en los jugadores ni el mínimo indicador de indolencia ó pasotismo, el pasado jueves tampoco.
Tengo claro que nadie quiere hacer la cama al entrenador y además este se merece un respeto y tiempo para poder plasmar sus ideas. Creo sinceramente que el Athletic, por su idiosincracia, tiene que ser extremadamente pulcro en estos menesteres. La paciencia tiene que ser una virtud incuestionable. No obstante no comulgo con el mensaje que el Cuco Ziganda trasladó a sus jugadores para acometer un partido en el que te juegas algo más que tres puntos. Con Iker Muniain en el dique seco, ánimo crack, y Adu y Raúl en la banqueta, el mister no solo prescindió de gran parte de su arsenal ofensivo, sino que dejo al equipo huerfano de dos jugadores que aportan saber estar. Dos jugadores que saben lidiar con todo tipo de situaciones y que saben sacar partido a todo tipo de circunstancias. Es cierto, ni Raúl García ni Aduriz están en su mejor momento, pero su mera presencia transmite seguridad a sus compañeros e incomodidad y nervios a sus rivales. Fiar tu primera parte del "plan Mestalla" a una supuesta solidez defensiva me parece atrevido teniendo en cuenta que el Athletic no pasa por ser el equipo más rocoso de Europa.
Por Alfredo Irasuegui, periodista