La premisa fundamental después de una varapalo como el que nos llevamos en el Insular de Las Palmas es no rasgarnos las vestiduras. El fútbol es pasión y la pasión, a veces desmesurada, repercute en que acostumbramos a enjuiciar todo de manera tremendista. Seamos fríos y analíticos.
El Athletic Club viene jugando regulín regulán desde que arrancó la temporada. Los buenos resultados han posibilitado que todos/as pertenezcamos al club de las "rotaciones son imprescindibles", nos abonamos con arrojo y orgullo al "somos un equipo serio", pero ahora que nuestra portería no es virgen, ahora que hemos perdido un partido, parece que ya no somos tan serios y comienzan a aflorar las críticas. Que si está bien rotar pero hay que hacerlo con sentido común, que si cambiar 8 jugadores de golpe es perjudicial, se comienza a dudar del fondo de armario, algunos jugadores no sirven, etc... etc... Repito, como el ajo, a ojos del aficionado las rotaciones las hacen buenas o malas los resultados.
Por Alfredo Irasuegui, periodista