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Es Noticia

Un equipo bloqueado

Á. Montaner

Esta es la realidad del Real Zaragoza en estos momentos. En el puesto número 14 de la clasificación, el equipo suma un total de 32 puntos en lo que llevamos del campeonato cuando se llevan disputados 27 partidos. Lo que es lo mismo. El Rayo Vallecano, primer equipo en descenso, solo está cuatro puntos por debajo de los blanquillos. Conclusión: el equipo de Raúl Agné está empezando a jugar con fuego y se acerca peligrosamente a puestos de descenso a 2ª B. 

 
Creo que ya no merece la pena hablar de a cuántos puntos queda el playoff o el ascenso directo. Se les puede considerar ya una utopía. La realidad manda y el equipo aragonés, ahora mismo, debe centrarse en empezar a ganar partidos cuanto antes. Cosa que parece difícil, si comprobamos la fase de bloqueo en la que ha entrado recientemente. Los de Raúl Agné solamente han ganado un partido este 2017. El derbi aragonés, para ser exactos, por 2-3 en El Alcoraz.
Después, todo ha ido de mal en peor. Y lo preocupante es que el equipo se ha bloqueado contra rivales directos como el Nástic, el pasado domingo, que iba en la penúltima posición. O el UCAM Murcia, al que visitó el 22 de enero y con el que también perdió por la mínima cuando los murcianos eran colistas. Son síntomas que hacen saltar las alarmas y que apuntan en una misma dirección: el descenso. 
¿Es alarmista hablar de perder la categoría? Lo cierto es que sí. ¿Puede suceder? Lo cierto es que también. De hecho, la temporada que el Real Zaragoza volvió a Segunda División fue, precisamente, porque se perdieron partidos de ese tipo. Choques que se necesitaban ganar, que parecían fáciles a priori, y que se terminaron regalando. Porque el equipo nunca abandonó esa fase de bloqueo. Como la que tiene ahora mismo. 
¿De quién es la culpa de todo esto? Pues hace pocos días se podía apuntar al entrenador. Pero ahora creo que se puede apuntar hacia más direcciones. Hacia Juliá, ahora en Francia, hacia el Consejo, que sigue tomando decisiones algo extrañas en ocasiones o, por supuesto, hacia los propios jugadores. Porque de una cosa pueden estar seguros. El pasado domingo se pudo cerrar el partido -por goleada- en media hora. Y finalmente fue el Nástic el que se llevó el triunfo. Y eso, amigos, solo es cuestión de actitud. Nada más. 

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