Cani, vete ya

Cani, vete ya. Márchate. Vete. Vete a playas de agua azul y arena blanca donde los que te quieren te hagan olvidar un año del que no nos acordaremos nadie en solo dos meses. Vete y no mires atrás. Tiene que ser jodido que un chico del filial y dos futbolistas que nunca podrán soñar ser ni la mitad que tú te quiten el puesto. No hace falta que me lo digas. Lo del chico del filial es ley de vida.

Hasta te diría que me alegro de que se le pueda considerar tu sucesor. Lo de los otros dos me duele a mí igual que a ti. Pues claro. Pero tampoco te mates a ti mismo. Una cosa es ser autocrítico, que dice mucho de ti, y otra que pudieras estar pensando en que el Tenerife te ganase 5-6 y meter tú cinco goles para estar contento, por ejemplo. O pensando que como aquí no te han ido las cosas bien, a ver en qué equipo te coloca tu representante el año que viene.
Pero vuelve. Vuelve por donde viniste hace solo unos meses. Regresa para guiar a este barco que es tuyo. Déjalo en la orilla que tú sueñas y nosotros merecemos. Haz una buena pretemporada. Afina tu escuálido físico y piensa si no has perdido pitera por estar tan delgado. Aclara la vocecilla esa con la que te he escuchado decir que te estás pensando retirarte, sécate las lágrimas en silencio y llora la rabia que llevas dentro.
Vuelve y échale huevos. Échale huevos, Rubén. Que eres de Torrero.