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Es Noticia

Viva el fútbol boina

Pedro Bellido

Hace unos años, al calor de la amistad de muchos de los que lo conforman, servidor llegó a la cima de su ya extinta vida periodística al acuñar, entre el regocijo de todos, un término que hoy se mantiene impasible al vaivén de los tiempos: el fútbol boina.

Entendiéndose por fútbol boina todo aquél que se juega en categoría no profesional y preferiblemente en suelo aragonés -aunque boinas hay en toda España-, el fútbol boina está ahora mismo en el momento más álgido de la temporada: la celebración del playoff de ascenso a Segunda División B. En él participarán cuatro testas aragonesas que están en pleno derecho de aspirar a un sombrero de mayor calado.
El campeón, como no podía ser de otra manera, pero ha sido muy sufrida, ha sido el Deportivo Aragón. Con el ruido de sables de la Ciudad Deportiva, con el cacareo de si César Láinez seguirá o no, los chicos están donde deben. Nada vale lo que han hecho hasta ahora. Así son los deberes y las responsabilidades de un grupo nacido para ascender. Lo peor, un rival en su misma situación: el Mallorca B. Lo mejor, que en el banquillo hay un ganador nato y en el campo todo lo necesario para estar en Segunda B.
Al Andorra sólo se le puede pedir que siga soñando. El milagro del Leicester en Inglaterra ha estado a punto de tener un hermano pobre aragonés. Pobre porque para encontrar la última nómina que se le pagó a la plantilla hay que buscar en el Paleolítico. Superior. Y aragonés porque sólo en la inmensa boina de Moisés Gutiérrez cabe todo el tesón, sacrificio, orden defensivo y aprovechamiento de las oportunidades que han llevado a este grupo de locos a estar a punto de ganar el campeonato. De premio menor están en el playoff. Un playoff mayor ante el Almansa sólo permitido para soñadores.
Con el Tarazona, durante buena parte de la temporada, fuimos pocos los que mantuvimos la fe. En la boina/chistera de David Navarro, de la que ya ha surgido el conejo del playoff, hay un condicionante anímico que debe servir de estímulo extraordinario para soñar con el ascenso. 'Caballo que alcanza, gana' se sabe. Y éste caballo desbocado ha alcanzado lo que nadie imaginó hace solo unos meses. En esa fe estará su alegría. Dicen que David, además de boina, tiene flor. De salida, el sorteo con el San Juan no es el peor. A regar se ha dicho.
Néstor Pérez y su Teruel llegan a la cita con muchas dudas. Su titubeante final de temporada convierte al equipo turolense en un rival muy peligroso. Para el Onteniente y para sí mismo. Su éxito en la carrera por el ascenso se tiene que basar, obligatoriamente, en que sus jugadores recuerden el fútbol que les llevó a liderar la clasificación durante buena parte de la temporada. Si se encuentra a sí mismo, el Teruel irá adelante. Si se encuentra a sus demonios todo acabará en una efímera 'belle epoque'.
Suerte, y que sea buena, para todos. Esta boina va por ustedes.

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