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Es Noticia

Hacia un Málaga de autor

F. Godoy


La renovación de Javi Gracia inicia el camino hacia un Málaga de autor, como lo fueron el de Joaquín Peiró y Manuel Pellegrini. Un equipo con el sello del técnico y cuya idiosincrasia se expandirá, a partir del verde, hasta el corazón de Martiricos.
Que a un técnico que lleva dos temporadas (y qué temporadas) en el mismo club, le convenzan para que firme por tres más, dice mucho de todos. Y sobresalen varios términos: estabilidad y coherencia.
Es la primera vez que se toma una decisión en el Málaga de Al-Thani que no parece obedecer a un impulso. Ahora bien, si se hace esta apuesta, a muerte con ella y que no dependa de que entre el balón. Porque en eso básicamente consiste la estabilidad y la coherencia.
El malaguista debe felicitarse por esta decisión con final feliz de todas las partes. ¿Por qué? Porque más allá de filias y fobias, se traza una senda clara. Se sabe lo que se quiere y cómo. En estos tiempos de prisas y desarraigo, no está de más algo de paciencia para que los artesanos trabajen con calma.
Hablábamos de un Málaga de autor recordando a los técnicos más importantes (al menos los más laureados) de la joven pero cada vez más honda historia del Málaga Club de Fútbol, brillante heredero del Club Deportivo.
Nunca sobra recordar que a Peiró le salvó la cabeza Basti con dos goles en La Rosaleda al Logroñés y que no pocos aficionados malaguistas entonaron el “Pellegrini dimisión” en Los Cármenes. ¿Cómo se iba a librar Gracia de las dudas cuando el balón no entraba? Si ya estaba en entredicho desde antes de llegar…
Me siento valorado personal y contractualmente”, dijo en la presentación del nuevo contrato. Una carga de profundidad dirigida a los anteriores dirigentes, a los que ganó el pulso de poder. Pero tiene sus razones para esgrimir este argumento.
Gracia, que se sentía (con motivos) pieza clave en el mejor Málaga de la temporada pasada, cosido a retales y enriquecido por sus apuestas personales en forma de jugadores, vio desfilar a los futbolistas renovando uno tras otro. Y su teléfono sin sonar. Y su renovación ligada a un matiz del contrato. Y su labor, disminuida por los mismos que se la jugaron apostando por él y con quienes cada vez la distancia era mayor.
Eso ya es cosa del pasado. Gracia logra cariño, estabilidad y poder. Deja de ser un nómada del fútbol para sentirse la piedra angular de un proyecto que nace humilde pero que esconde bajo una sonrisa y un verbo calmado la misma ambición que esconde Javi Gracia

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